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ELECCIONES CATALANAS

El Gobierno cree que Pujol moderará su nacionalismo tras su mínima victoria

Luis R. Aizpeolea

El Gobierno prevé que la mínima victoria de Jordi Pujol sobre Pasqual Maragall en las elecciones catalanas moderará el nacionalismo de Convergència i Unió (CiU). Eso sí, aunque su horizonte político permanezca despejado hasta las elecciones generales del año 2000 al contar con el apoyo seguro de esa coalición, también se teme un final de legislatura muy duro al verse el PSOE crecido tras los resultados obtenidos el pasado domingo por sus compañeros del PSC.La cúpula del Gobierno y la del PP se reunieron ayer por la mañana en La Moncloa bajo la presidencia de José María Aznar y con anterioridad a la sesión de la Junta Directiva Nacional del partido, que había sido convocada para el mediodía en Barcelona. El análisis de los comicios catalanes y su proyección sobre el futuro marcó el encuentro.

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Más allá de la estabilidad gubernamental, garantizada hasta el final de la legislatura por CiU, el Ejecutivo destacó el "nuevo escenario político" que se abre en Cataluña tras el 17-O y que se va a caracterizar por "la pérdida de la centralidad" de la que ha gozado CiU durante casi 20 años por el desgaste, en su opinión, de Jordi Pujol tras tanto tiempo en el poder.

El propio Aznar, que ayer por la mañana habló telefónicamente con Pujol, confirmó el apoyo del PP a CiU para que pueda gobernar en Cataluña, si bien la fórmula concreta -pactos puntuales, de legislatura o de gobierno- la tendrán que sugerir los nacionalistas.

El Ejecutivo considera que se va a abrir en su socio catalán la etapa de la sucesión de Pujol y también que, tras ella, a largo plazo, el nacionalismo que representa no tiene otro camino que el de la moderación política si quiere recuperar la centralidad de la que ha disfrutado hasta ahora.

El ministro portavoz, Josep Piqué, recordó que la propia campaña electoral de CiU, en la que la coalición tuvo que contrastar sus mensajes con la sociedad, ha sido una muestra de ello.

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"CiU ha moderado su mensaje. Han escondido la foto que les sacaron en la Declaración de Barcelona con Xabier Arzalluz y Xosé Manuel Beiras [los líderes del PNV y del Bloque Nacionalista Galego]. Han dado protagonismo a Unió Democrática. El propio Pujol ha dicho que ésta será la última legislatura reivindicativa. Todo ello, porque saben que la inmensa mayoría de los catalanes está satisfecha con el autogobierno existente ahora", dijo Piqué.

No obstante, los populares temen que, a medio plazo, CiU aproveche su posibilidad de pacto con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) para tratar de elevar el listón autonómico en una hipotética negociación para formar Gobierno en Madrid tras las próximas elecciones generales.

Bipolarización

La otra cara de la moneda, el mal resultado del PP catalán, que ha perdido cinco escaños, lo atribuyen básicamente a la bipolarización existente en estos comicios entre CiU y el PSC.

El éxito del PSC, superior al que le otorgaban los sondeos, que coincidían en una clara victoria de Pujol, ha sorprendido al Gobierno, aunque no altera sus previsiones. Así, estima que el PSOE tratará de capitalizarlo con vistas a las elecciones generales, pero, una vez más, echa mano de la bipolarización catalana para explicar su extraordinario auge. Los comicios más similares a los generales, los europeos del pasado 13 de junio, dieron cuatro puntos de ventaja al PP sobre el PSOE, insiste.

De lo que al Ejecutivo de Aznar no le cabe la menor duda es de que el balance del 17-O estimulará la combatividad del PSOE en los meses inmediatos. "Se prevé un final de legislatura muy duro por parte de los socialistas, que tendrán puestas sus miras en que Joaquín Almunia emule a nivel nacional la hazaña de Maragall en Cataluña", reconocieron ayer fuentes gubernamentales.

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