Euskadi incumplirá las directivas de la UE sobre vertidos pese a sanear los del 55% de la población

El 55% de los vascos tiene saneados ya sus vertidos urbanos, pero Euskadi no podrá cumplir la directiva comunitaria que establece que para el próximo año todos los municipios de más de 15.000 habitantes deben tener sus depuradoras de aguas residuales. El Gobierno vasco admite que hasta 2002 o 2003 no se adaptarán a la legislación europea, pero que sí cumplirán el plazo que establece el saneamiento de todos los municipios para 2006. La conclusión de las redes de recogida de los vertidos urbanos exigirá en los próximos siete años una inversión de más de 125.000 millones.

La directiva comunitaria 91/271 regula el tratamiento de las aguas residuales urbanas en dos diferentes niveles: para el año 2000 las localidades con más de 15.000 habitantes deberán contar con depuradoras y el resto, en el año 2006. El avance logrado en los últimos años -en 1993 apenas el 17% de la población estaba conectada a depuradoras de aguas residuales- no ha servido para ajustarse fielmente a las directrices de la Unión Europea. "Nos van a faltar dos o tres años", admite Jon Buesa, director de Aguas del Gobierno vasco.Según los datos del Ejecutivo, cerca de 1.100.000 vascos disponen actualmente de redes de saneamiento de sus vertidos, merced a las 39 plantas depuradoras en funcionamiento. Unas infraestructuras que, desde la puesta en marcha de la primera planta -la de Crispijana, en Álava, a finales de los 70, ejecutada con fondos del Gobierno central-, han obligado a invertir 120.000 millones de pesetas (721,2 millones de euros), que han sido costeados entre las instituciones y los usuarios a través de los recibos del agua.

La situación más optima se da en Álava. Pese a que todavía está pendiente la construcción de 11 plantas, con las otras once disponibles se cubren las necesidades del 85% de la población. "Como el 78% de los residentes está en Vitoria, surtiendo a la capital el problema está resuelto en gran parte. Ahora quedarán 40.000 habitantes pendientes de tener solucionados sus vertidos entre un total de 280.000", apunta Buesa.

En el otro lado se encuentra Guipúzcoa, el territorio menos avanzado con gran diferencia. Apenas un 10% de la población guipuzcoana está conectada ahora a redes de saneamiento y San Sebastián es la única capital vasca sin depuradora propia. Sólo existen tres plantas en servicio (Deba, Zarautz y Azpeitia), mientras que otras tres están en construcción y once más se encuentran aún en fase de proyectos. "Ahora apenas está servida una población de 60.000 habitantes, pero la situación va a mejorar sustancialmene en dos o tres años, cuando estén finalizadas las depuradoras de San Sebastián (la de Loiola) e Irún, que es un porcentaje de población muy amplio, más de 400.000 habitantes", comenta el director de Aguas. Los mayores problemas se centran en las comarcas de Tolosaldea y Deba, "donde la construcción de las redes de saneamiento está todavía verde".

Dificultades

Buesa achaca la deficiente situación guipuzcoana a dificultades orográficas y financieras. "Aunque la Diputación diseñó un plan de saneamiento muy importante, que incluso ha servido de modelo en otros lugares, se empezó tarde. Las cuencas de los ríos, pequeñas, y la falta de presupuesto ha impedido acometer antes los proyectos", apunta.

Vizcaya ocupa una posición intermedia, con unas 800.000 personas servidas entre el más de un millón de habitantes del territorio. "El Gran Bilbao, donde está casi toda la población, se encuentra al 60-65%. Luego quedaría el medio Nervión, los municipios de la cuenca de la ría de Urdaibai y en las Encartaciones, donde quedan por construir tres depuradoras". Según señala Buesa, para el año 2003 la situación será casi óptima: "Vizcaya estará al 90-95%; Álava, al 95% y Guipúzcoa, entre el 70 y el 80%".