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Pontevedra muestra en 242 fotografías lo mejor de la Lambert Collection

84 artistas participan en la exposición

La venganza de Verónica, evocación directa al milagro de la impresión en un lienzo piadoso de la imagen de Cristo camino del Calvario, da título a la exposición de la Lambert Art Collection (LAC) que hoy se inaugura en Pontevedra: 242 obras de 84 artistas de reconocimiento internacional, desde Man Ray a Matthew Barney, que ofrecen en su variedad de formatos y temática una amplia y singular perspectiva de la significación de la fotografía en el arte moderno y de su propia capacidad para representar ideales estéticos.

El Pazo de Congresos y Exposicións de Pontevedra -reconvertido como Pazo da Cultura- será el único lugar de España en el que pueda contemplarse esta muestra, ahora itinerante por el mundo y que Carlota Álvarez Basso ha elegido para estrenarse como directora del centro, para el que anuncia una ambiciosa y pluridisciplinar programación.El edificio, obra del arquitecto Manuel de las Casas, ha estado infrautilizado desde su conclusión hace dos años, pese a las múltiples posibilidades de aprovechamiento que permite. Prácticamente sólo ha sido utilizado como auditorio. "El primer objetivo es sacarlo de esa limitación y darle el contenido que merece y permite su extraordinaria arquitectura y emplazamiento", afirma asomándose al río Lérez. Conciertos y exposiciones de signo variado -incluso ferias, en un pabellón anexo que añadió el mismo arquitecto- darán el aprovechamiento del edificio, con criterios de modernidad y diversidad, según compromete su directora, "sin tratar con ello de competir con el Centro Galego de Arte Contemporánea: tendremos nuestro propio lugar". Con la Lambert Collection empieza a hacer boca.

La baronesa Marion Lambert Lamarco inició hace diez años esta colección de fotografías. El conceptualismo de los años sesenta, desatado por las tesis de Marcel Duchamp, encuentra en la fotografía y sus técnicas un soporte de gran potencial para la experimentación y exploración artística. La fotografía y sus técnicas no son sólo instrumento para el fotoperiodismo o la captación de "la instantánea". También puede falsear la realidad, distorsionarla, convertirla en arte de múltiples intenciones.

La rivoluzione siamo noi (la revolución somos nosotros), saluda un retrato de Joseph Beuys a la entrada de la muestra. "No sé si la exposición es revolucionaria, pero desde luego es provocadora", indica Carlota Álvarez Basso. Ella ha subrayado esa virtualidad con la organización y disposición temática de las 242 imágenes, abundando casi todas en engaños y todas en intencionalidades de diverso signo, más o menos ocultas o evidentes como grito. Las artes de camuflaje recorren el grueso de la exposición, hable en un lado de feminismo, de transexualidad en otro, o se pare a retratar lo grotesco en otra sala. En cualquier caso, la noción primera que atribuía a la fotografía usos descriptivos de "lo real" da un vuelco irreversible.

Arte conceptual

En la muestra hay fotos de Man Ray, coetáneo de Duchamp, y otras basadas en los trabajos pop de Andy Warhol; de los alemanes Gerhard Richter y Sigmar Polke; de artistas relacionados con el arte conceptual y el land art como Bernd y Hilla Becher, Gordon Matta-Clark, Hamish Fulton y Jeff Wall; de los posmodernos de la Picture Generacion, Louise Lawler, Sherrie Levine, Allan McCollum, Richard Prince, Laurie Simmons o Cindy Sherman; de Robert Frank, Nobuyoshi Araki o Robert Mapplethorpe, que estetizan lo banal o lo erótico en función de impulsos autobiográficos y documentales.También incluye obras de Mattew Barney, Vanessa Beecroft, Robert Gober, Sarah Lucas y Kiki Smith, que han escogido en la última década la fotografía como un soporte más, entre el vídeo, la performance, la instalación, la pintura o el dibujo, para investigar en cuestiones relacionadas con la identidad sexual y el cuerpo humano en la sociedad contemporánea. Otros, en fin, reflexionan sobre temas de actualidad candente, como lo despreciable en el arte y la transgresión de los límites sociales aceptados como una estrategia artística.

La exposición, que tiene su sede estable en Suiza, ha viajado ya, desde 1997, por varios países europeos. En Pontevedra permanecerá abierta hasta el 20 de noviembre, y desde aquí saltará a Portugal para continuar su itinerancia por Austria, Dinamarca, Australia, Israel, Japón, Corea y China.

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