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Schröder intenta convencer a Francia de la estabilidad de la política alemana

Pilar Bonet

El canciller alemán, Gerhard Schröder, se empleó ayer a fondo para convencer a los socios europeos, y sobre todo a Francia, de que Alemania seguirá practicando una política "previsible" y "digna de confianza" y que no existe "ningún motivo" para pensar que cambiará este rumbo.El dirigente alemán se expresó así en un simposio organizado por el diario Frankfurter Allgemeine Zeitung para inaugurar sus nuevas oficinas en Berlín, con la colaboración de EL PAÍS y Le Monde. En este marco, Schröder y el presidente de Polonia, Aleksander Kwasniewski, participaban ayer en sendos coloquios con destacados periodistas y analistas europeos, entre ellos Michael Getler, director del International Herald Tribune, Daniel Vernet, director de Relaciones Internacionales de Le Monde, y Juan Luis Cebrián, consejero delegado del grupo PRISA. Schröder, que sufre graves dificultades políticas internas, salió ayer al paso de quienes le reprochan el haber descuidado las relaciones franco-alemanas y el proceso de construcción de Europa más allá de la Unión Monetaria. "Pese a lo que se escribe, las relaciones entre Francia y Alemania son de primera clase", dijo el canciller. "No hay ninguna crisis en las relaciones franco-alemanas, sino todo lo contrario, intentamos estrecharlas", señaló Schröder, y agregó que Europa "no se puede desarrollar" sin las relaciones franco alemanas. Ambos países deben elaborar una posición común para proceder a la reforma de las estructuras europeas durante la presidencia francesa de la Unión Europea, en la segunda mitad del 2000, afirmó el canciller. La reforma institucional es clave para que una Unión Europea ampliada conserve su capacidad de acción. En opinión de Schröder, el presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, está "en el buen camino", pero eso no es suficiente. Alemania, puntualizó, está dispuesta a respetar la fecha del 2002 para la ampliación al Este si los países candidatos consiguen cumplir el programa previo al ingreso. Apoyo de EEUU El dirigente alemán reiteró su compromiso con el vínculo trasatlántico y manifestó que Europa no hubiera podido encarar la crisis de Kosovo sin Estados Unidos. Pese a los proyectos europeos para incrementar la capacidad de defensa propia, no es previsible que se pueda renunciar a la ayuda norteamericana a corto plazo, dijo. Schröder se mostró bastante abierto sobre los problemas del Partido Socialdemócrata (SPD) alemán y manifestó que la dimisión de Oskar Lafontaine el pasado marzo había creado "una gran inseguridad" entre los militantes. Interrogado sobre la existencia de dos modelos de socialdemocracia en Europa, manifestó que las diferencias se dan más en el aspecto verbal que en la política práctica. Refiriéndose a su visión del futuro, Schröder manifestó que su política "consiste más en la ocupación de las llanuras que en la conquista de las cimas". El dirigente dijo que quería participar en el debate sobre el Nuevo Centro al que ha sido invitado por el jefe del Gobierno italiano, Mássimo D"Alema, junto con el jefe del Gobierno francés, Lionel Jospin, el presidente norteamericano, Bill Clinton, y el jefe del Gobierno británico Tony Blair.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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