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El Departamento de Trabajo impulsa el primer convenio colectivo para los trabajadores del campo

La seguridad en el trabajo, cómo debe ser la jornada laboral o la manera de fijar un salario mínimo son algunos aspectos que parecían inabordables al hablar de los trabajadores por cuenta ajena que se dedican a tareas agrícolas. Sin embargo, el Departamento de Trabajo está dispuesto a regularizar la situación y para ello elabora el primer convenio colectivo destinado a los trabajadores del campo. Posiblemente entre en vigor el próximo año y afectará a 2.000 personas, según cálculos de Trabajo. Será la primera norma de España que regule el trabajo agrícola por cuenta ajena.

El Departamento de Agricultura y Pesca dispone ya de un documento de trabajo y lo está estudiando para realizar sus aportaciones. Los sindicatos del sector han expresado su disposición a colaborar. Cuando el actual director de Trabajo, Luis Mari Valle, accedió a su cargo en julio del año pasado se encontró encima de su mesa una recomendación del Ararteko pidiendo soluciones para arreglar las condiciones de trabajo de los temporeros, los trabajadores que acuden al País Vasco a realizar determinadas labores agrícolas en épocas puntuales del año, como la recogida de la patata o la vendimia. Este es el arranque del futuro convenio colectivo, que contendrá unas normas comunes (horarios, condiciones de seguridad, salario) y dos apartados: para los trabajadores que permanecen todo el año en un puesto de trabajo (sobre todo en asociaciones ganaderas y granjas agrícolas) y para los temporeros, que son unos 700 según el Gobierno. En el caso de los trabajadores de temporada, el Departamento de Trabajo también podrá regular cuestiones como la higiene y salubridad de los lugares donde sean alojados, el fenómeno de la subcontratación (algunos intermediarios se aprovechan de estos trabajadores para contratarlos y ofrecerlos a los agricultores) e incluso la escolarización de sus hijos, ya que a menudo se trata de familias numerosas que acuden con menores que no pueden utilizar para trabajar. En los últimos años está práctica ha sido perseguida desde la Diputación de Álava (ya que la campaña de recogida de patata y la vendimia son casi exclusivas de esta provincia) y desde la inspección de Trabajo. Durante la campaña del año pasado tan sólo se detectó un caso de subcontratación y otro de trabajo con menores. Se levantaron actas de infracción tanto al agricultor como al mediador portugués que realizó la subcontratación. Vacío legal "El vacío legal que existe se ha venido cubriendo por la vía de la costumbre y de los usos. Un agricultor que contrata a unos temporeros puede fijar unas determinadas condiciones y su vecino otras diferentes", explica el director de Trabajo. "No hay una regulación del sector tan ambiciosa como la que proyectamos en ninguna comunidad de España. En Murcia hay alguna norma pero con carácter específico para los trabajadores de la huerta. Y en La Rioja también tienen algo para los temporeros, pero no entra a regular aspectos como el alojamiento o la higiene en el trabajo. Euskadi dispone de las suficientes competencias como para entrar en ese área", profundiza Valle. Una de las dificultades a las que se enfrentará la redacción de la norma es a la atomización del sector. "Se trata de un colectivo muy pequeño y los empresarios son trabajadores también, como es el caso de un agricultor que contrata temporeros. Pero hay que ofrecer un convenio con unas condiciones mínimas obligatorias", zanja el responsable de Trabajo. El director de Agricultura, Jesús Mari Alonso, coincide con Valle en la dificultad de regular el sector. "A los temporeros se les paga un salario según lo que trabajan y en los convenios que conocemos hoy en día se paga por una prestación en el trabajo. Hay que impedir que se produzcan abusos". El borrador del Departamento de Trabajo incluye ideas novedosas, como que las asociaciones empresariales del sector constituyan una especie de unión temporal de empresas para contratar a los temporeros, el eslabón más débil de los trabajadores agrícolas. "Así se les podría garantizar al menos la temporada completa de trabajo. Los trabajadores vendrían ya con sus contratos desde su lugar de origen para un periodo fijo. Sabrían cuáles iban a ser sus alojamientos, los colegios de sus hijos y el salario mínimo que podrían cobrar", detalla Valle. De momento, la Unión de Agricultores y Ganaderos de Álava (UAGA) y Cáritas tienen previsto poner en marcha para la campaña de recogida de la patata y para la vendimia una experiencia piloto de contratación en origen.

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