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Socialistas y PA resucitan sus diferencias sobre la ley de Cajas en vísperas de su aprobación

Lourdes Lucio

El debate del proyecto de ley de Cajas de Ahorro entró ayer en una espiral de confusión. Aunque el texto había sido pactado por los socios de Gobierno e, incluso, había pasado el trámite de enmiendas a la totalidad en la Cámara, los portavoces del PSOE, PP y PA se acusaron mutuamente de enredar el proceso final de negociación, a la vez que esgrimieron una maraña de enmiendas, con las que estos tres grupos, curiosamente, modifican ahora parte de su posición inicial. En este ambiente de desorden, socialistas y andalucistas suspendieron una reunión en la que iban a afinar posturas.

A menos de 15 días para que se reúna la ponencia de la ley, los partidos coaligados y el PP se enfrascaron en una riña muy alejada del consenso de una ley que califican "de Estado". Pese a las frases gruesas, fuentes del Gobierno andaluz quitaron hierro a las diferencias entre los socios y atribuyeron la interrupción de las conversaciones al exceso de declaraciones en prensa, y la ausencia del clima necesario para pactar una norma de muchos matices e intereses que no se resuelve en un solo encuentro. De hecho, los contactos telefónicos entre socialistas, PP y PA no se han cortado, por lo que aún ayer proclamaron su voluntad de pacto. La duda está en saber si con unas elecciones en ciernes los dos partidos mayoritarios lograrán sellar un acuerdo. La principal disputa en este momento se centra en el incumplimiento por parte del PSOE y del PA del texto pactado en la ley. Ambos han presentado enmiendas -en el último día de plazo-, a sus respectivas espaldas, que se salen de lo acordado. Y ninguno explica a qué obedece este cambio. El portavoz andalucista y uno de los artífices del proyecto, Pedro Pacheco, explicó que sus correcciones eran una reacción a las del PSOE: "Intuíamos su incumplimiento", dijo. El socialista José Asenjo reconoció que los dos partidos habían transgredido lo hablado, y acusó al PA de "armar más ruido de lo necesario". Aunque todos proclaman que la limitación de los mandatos de los órganos de gobierno de las cajas, empezando por los presidentes de las entidades, es un tema menor, lo cierto es que las diferencias sobre este punto son, por ahora, las que impiden avanzar en el diálogo. El texto que está en el Parlamento prorroga durante cuatro años más la permanencia en estos puestos, pero el PSOE y el PA han presentado enmiendas completamente divergentes: los primeros apuestan ahora por eliminar este periodo de gracia y acogerse a lo que dicta la Lorca (Ley Orgánica de Cajas Ahorro), que limita en ocho años, con carácter retroactivo, la permanencia, por lo que la mayoría de los responsables de las entidades verían finalizado su mandato una vez aprobada la ley autonómica. La enmienda del PA dice todo lo contrario y no impone ninguna acotación temporal. La posición del Partido Popular, cuyos dirigentes celebraron el martes una reunión para aunar criterios, también sufrió ayer variaciones y su portavoz, Antonio Sanz, anunció que van a retirar la enmienda en la que defienden la limitación de mandatos para no seguir el "juego" al PSOE, que ahora sostiene lo mismo. Sanz aseguró que a los socialistas les guía una actitud de "represalia, rabieta y persecución directa" contra los presidentes de las cajas por no cumplir sus instrucciones. El popular también se quejó de que los socialistas incrementan las medidas intervencionistas en sus enmiendas, al no respetar la autonomía financiera de las entidades, por lo que, concluyó: "Han puesto una zancadilla a la posibilidad de consenso". El popular atribuyó a la consejera de Economía, Magdalena Álvarez, los nuevos planteamientos socialistas. Con el argumento de Sanz coincidió Pacheco, quien aseguró, leyendo con detenimiento las enmiendas socialistas, que se puede saber "contra quién va". Y añadió que "alguien" quiere instrumentalizar la ley "por venganzas personales". Momentos después, aclaró que con ese "alguien" se refería a la consejera. El andalucista aseguró que hay una docena de enmiendas de sus socios de coalición (la mayoría relacionadas con los órganos de gobiernos) que no las apoyarían si, al final, se mantienen. En el terreno de supuestos intereses particulares, también abundó Asenjo, para quien en el debate sobre si debe haber o no limitación de mandatos intervienen "personas ajenas al Parlamento".

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