La implantación total de la reforma educativa marca el inicio del curso

La implantación de la reforma educativa es prácticamente total en Cataluña. El 97,7% de los alumnos (978.371) está escolarizado conforme a la LOGSE. Xavier Hernández, consejero de Enseñanza de la Generalitat, presentó ayer los datos del curso escolar 1999-2000, que se inicia el próximo día 15 y que presenta como novedad la generalización del cuarto curso de ESO, que incluirá a 79.000 alumnos, de los dos cursos del nuevo bachillerato (115.000) y de la nueva Formación Profesional (40.800).

El impacto del descenso demográfico se hace notar de nuevo, aunque con menor intensidad que en años anteriores. Serán 1.001.479 alumnos quienes inicien el curso -18.015 menos que en 1998- en los 2.322 centros públicos y 1.448 privados concertados que hay en Cataluña. Aparte del caso del 3% explicado más adelante y de los repetidores de COU, cursarán infantil, 205.000; primaria, 344.000; ESO, 271.000, y bachillerato, 115.000. El reparto del alumnado entre las dos opciones mantiene la misma proporción: 58% en la pública y 42% en la privada. El número de profesores en la pública aumenta en 721. Según Hernández, "es la primera vez en la historia de Cataluña que de forma generalizada todos los alumnos de 3 a 16 años tienen una plaza pública gratuita". La nueva Formación Profesional incorpora especialidades y 404 nuevos grupos de ciclos formativos (192 de grado medio y 212 de grado superior). También entrarán en funcionamiento dos nuevas escuelas oficiales de idiomas en Esplugues de Llobregat y Santa Coloma de Gramenet. Enseñanza ha invertido 20.000 millones de pesetas para este inicio del curso, con los que se han financiado 24 nuevas construcciones, 12 rehabilitaciones, grandes ampliaciones de centros y 694 obras menores. También se han incrementado los recursos para comedor y transporte, a los que se destinan 9.510 millones, 710 más que el curso anterior. Estas inversiones, sin embargo, no han podido acabar con la existencia de los barracones prefabricados en los centros de secundaria, que todavía acogen a unos 19.000 alumnos, el 3% del total, reconoció Hernández. La atención a la diversidad, el eufemismo que define la estrategia para tratar uno de los problemas que ha traído la reforma al propiciar la convivencia en la misma aula de alumnos con perfiles muy diferenciados, parece irse imponiendo en la mentalidad de la Administración educativa. Hernández explicó que este curso "habrá 211 unidades de adaptación curricular, 32 unidades externas de escolarización y 41 talleres de adaptación escolar", para los alumnos con necesidades especiales. Otro problema, el de la acumulación de alumnos procedentes de la inmigración o de situaciones socioeconómicas precarias en determinados centros públicos, con el peligro de creación de guetos escolares, que marcó el inicio del curso pasado, parece seguir sin llamar la atención del departamento. Según el consejero, en Cataluña hay 21.074 alumnos extranjeros pero no todos necesitan medidas extraordinarias. "Suelen tener más problemas los hijos de familias con una difícil situación económica y son ellos los que necesitan una política de integración". En cualquier caso, insistió, "se trata de un colectivo pequeño". Hernández reiteró: "No soy partidario de un reparto forzado de los alumnos extranjeros que proceden de culturas diferentes porque sería contrario a la ley y nos plantearía problemas éticos serios". Los sindicatos criticaron la gestión de Educación; la acusan de recortar los gastos y favorecer a la escuela privada concertada, y le recriminan la política de traslados del profesorado y, en especial, la desprotección de los profesores desplazados.