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Los fábricas de vidrio rechazan ser responsables del fallo de Budweiser

Las acciones de la cervecera bajaron sólo un 1% en Nueva York

El grupo Anheuser Busch, propietario de la cervecera Budweiser, pasó ayer con más tranquilidad de la esperada el segundo día de su crisis alimentaria: las acciones de Budweiser en la Bolsa de Nueva York bajaron apenas un 1%, las organizaciones de consumidores lo felicitaron por su actuación y se encuentra avanzada la retirada de las 5,7 millones de botellas defectuosas (el envase se rompe al abrirse), que en España realizarán las comunidades autónomas. El único problema lo plantearon las fábricas de las botellas, una española y otra portuguesa, que rechazaron ayer ser las responsables del fallo.

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Retirada de envases

Las vidrieras Vicasa, de Madrid, y Barbosa Almeida, de Oporto (Portugal), no quisieron todavía confirmar que ha sido en sus fábricas donde se produjo el error en los envases de la cerveza Budweiser. "Estamos investigando y, si localizamos el desajuste, no tendremos ningún problema en solucionarlo. Pero no descartamos que haya sido en las plantas de Barbosa Almeida donde se produjo el error", dijo ayer Francisco Merino, director de comunicación de Vicasa. Su colega Mario Azevedo, de la empresa portuguesa, se manifestó en términos similares: "No tenemos indicios de que hayamos sido nosotros los causantes del problema". En todo caso, desde la central en Bruselas de Anheuser-Busch, propietaria de Budweiser, aseguran que los informes de sus técnicos sostienen que los fallos se produjeron en las fábricas de sus dos proveedores.Vicasa y Barbosa Almeida, que producen, respectivamente, once y seis millones de botellas por día, reconocieron de todas maneras que están trabajando con Anheuser-Busch para localizar el origen del desperfecto, que todavía no ha sido reparado, ya que en este momento ninguna de las dos fabrica este tipo de envases.

Annheuser-Busch había anunciado el miércoles que retirará las botellas del mercado europeo por un defecto en la fabricación que puede provocar, al ser el pico de la botella un poco más ancho de lo que debiera, que se rompa el vidrio al girar el tapón de rosca (llamado twist-off).

Todo parece indicar que la crisis no afectará en gran medida a la marca de cerveza más vendida del mundo: sus acciones, pese a los pronósticos de los analistas, bajaron ayer apenas un 1% en la Bolsa de Nueva York, y no han sido pocas las organizaciones de consumidores, entre ellas algunas españolas, que han valorado positivamente la actuación de la empresa frente al problema, sobre todo si se la compara con la de Coca-Cola durante el escándalo similar que sufrió en junio pasado.

"Budweiser ha hecho las cosas de la manera que le pedimos hace dos a meses a Coca-Cola que lo hiciera: reaccionó rápidamente y lo hizo con transparencia, pues la alerta no fue sólo interna sino que informó a los consumidores a través de los medios de comunicación", comentó ayer Rafael Urrialde, portavoz de la Unión de Consumidores de España (UCE).

José María Múgica, portavoz de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), consideró que "esa transparencia genera una sensación de tranquilidad en el consumidor".

Anheuser-Busch, desde su central europea en Bruselas, reconoció públicamente el miércoles, a través de un comunicado, que se había producido un fallo de fabricación en los envases de casi seis millones de botellas de la cerveza Budweiser (de las cuales 3,2 millones están distribuidas en España). Según reconoció el Instituto Nacional de Consumo (INC), dependiente del Ministerio de Sanidad, la empresa ya se había puesto en contacto con el organismo para coordinar las medidas necesarias para retirar los productos defectuosos del mercado, pedirle su colaboración e informarle sobre las características de estos envases y su procedencia.

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