La prueba del ADN exculpa a un hombre de Olot acusado de una violación
La víctima de una violación perpetrada en un parque de Olot en una madrugada de agosto de 1998 aseguró a los Mossos d"Esquadra que a pesar de que su agresor actuó con el rostro cubierto reconoció su voz y era capaz de identificarle. La mujer, trabajadora de la limpieza de una fábrica de embutidos, señaló como culpable de la violación a un trabajador de su misma empresa. Un año después, las pruebas del ADN encargadas por la juez del juzgado número 1 de Olot, Pilar Castillo, han demostrado que la mujer se equivocó. El código genético de los restos orgánicos que el violador dejó en el cuerpo de la víctima no se corresponde con el del acusado. La mujer fue asaltada a las cuatro de la madrugada, poco después de terminar su turno de limpieza en la fábrica, por un hombre que la amenazó con una pistola. A esa hora, el acusado se encontraba trabajando en la fábrica y declaró a la policía autonómica que sus compañeros podían testimoniar que no la había abandonado en ningún momento. Tampoco quedó registrada una posible ausencia en las fichas horarias que dan cuenta de entradas y salidas de empleados.
