Un avión-cohete para jubilar al transbordador

La NASA ha firmado un acuerdo con la empresa Boeing para desarrollar un híbrido, mitad avión, mitad cohete, que permita sustituir a los transbordadores espaciales cuando queden fuera de servicio. El X-37 alcanzará unos 30.000 kilómetros por hora, será completamente reutilizable y, según sus promotores, debería permitir colocar satélites en órbita a una décima parte del coste actual. Su desarrollo costará unos 28.000 millones de pesetas, y será financiado a partes iguales por la agencia gubernamental y la empresa Boeing. Su longitud será de ocho metros y medio, su envergadura (distancia entre alas) de 4,6, volará automáticamente y dispondrá de un motor que utiliza el combustible habitual de los aviones, menos contaminante que los de los cohetes, según la propia agencia. La primera prueba se realizará a finales del 2001 para probar su maniobrabilidad y capacidad de aterrizaje. Pruebas más completas, en las que despegará por sí solo y se pondrá en órbita, están previstas para el 2002. Durante estos vuelos se mantendrá 21 días en órbita y realizará un buen número de experimentos en microgravedad, antes de volver a la atmósfera y aterrizar en un aeropuerto convencional. Varios modelos Los transbordadores actuales empezarán a estar fuera de cuentas hacia el 2004, cuando la Estación Espacial Internacional esté en pleno funcionamiento. Aunque aún dispongan de vida útil, será necesario para entonces tener claro el tipo de vehículo que los sustituya. Probablemente, la NASA pretende tener varios modelos diferentes, cada uno adecuado a diferentes misiones, entre los que se incluirían el X-33, también llamado VentureStar. El VentureStar está diseñado también para reducir el coste de puesta en órbita al 10 por 100 del coste actual (10.000 dólares por libra, aproximadamente 3,5 millones de pesetas por kilo) y será también automático y plenamente reutilizable. Con forma de punta de flecha, el X-33 carece de alas y será una nave completamente automática, que despegará en vertical y aterrizará horizontalmente, como un avión. Inicialmente, estaba previsto que alcanzara 15 veces la velocidad del sonido, lo que supone cerca de 18.000 km/h (el avión supersónico Concorde vuela a 2.000 km/h), y que llegase a los 100 kilómetros de altura. Pero entre los problemas que se han presentado para su construcción se encuentra un exceso de peso sobre el previsto, debido a problemas de materiales. Con ello, su velocidad se reducirá a 16.500 kilómetros por hora y la altitud será solo de 73 kilómetros. Uno de los modelos de transbordadores que se están barajando, el X-34, tiene prevista su reincorporación a los vuelos comerciales.