Basri, el perdedor
Driss Basri lleva 20 años como ministro del Interior en Marruecos y muchos más dedicado a la seguridad del Estado. En los 70 y 80, Hassan le encargó reprimir la disidencia. A finales de esta década, su cometido en un Gobierno encabezado por un socialista ha sido vigilar la transición.El soberano le encomendó, en septiembre de 1996, que iniciase a su primogénito en los asuntos delicados, como el Sáhara. Ambos estuvieron dialogando con el Polisario en Tánger. Pero tres años después, era ya un secreto a voces en Marruecos que su relación con el príncipe Sidi Mohamed distaba mucho de ser cordial.
Descrito como un freno a la transición, Basri, de 61 años, puede ser el perdedor con la sucesión marroquí.
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