La guerra de Kosovo centra el II Encuentro de Fotoperiodismo de Gijón

La guerra de Kosovo capitaliza este año el II Encuentro Internacional de Fotoperiodismo, que se celebra en Gijón en el marco de la Semana Negra. "La sensibilidad, el tratamiento del color y el trabajo de profundidad" con que la joven fotógrafa francesa Alexandra Boulat plasmó en imágenes el conflicto ha sido galardonado con el premio del certamen, dotado con medio millón de pesetas. El reportero español Santiago Lyón ha obtenido el Premio Fotoperiodismo y Derechos Humanos, también por su cobertura del sufrimiento del pueblo albanokosovar, plasmado en instantáneas de gran plasticidad, como la que este año ilustra el cartel del encuentro: las lágrimas de un kosovar que huye con su familia a bordo de un tractor y con los enseres más elementales. El jurado ha concedido una mención especial a Joachim Ladefoged, de la agencia Network. Alexandra Boulat (París, 1962) ha cubierto en los últimos ocho años los sucesivos conflictos vividos en los Balcanes para publicaciones como Time, Newsweek y Paris-Match. El año pasado obtuvo el Premio Visa de Oro, del Festival de Perpiñán, y este año fue distinguida por el Centro Internacional de Fotografía de Nueva York.

Santiago Lyón ha trabajado desde 1989 para las agencias de prensa UPI, Reuters y Associated Press, y ha ejercido el reporterismo de guerra en los conflictos del Golfo, Afganistán y los Balcanes. Posee los premios Bayeaux, Conde de Godó, World Press Photo y Picture of the Year. Los trabajos de los reporteros premiados pueden contemplarse en la exposición Kosovo: guerra en Europa, en Gijón.

Ayer, los padres del español José Joaquín Martínez, condenado a muerte en Miami (Florida, EE UU), protagonizaron uno de los actos más emotivos de la Semana, que tuvo también un recuerdo para el Che Guevara en un coloquio en el que intervinieron los escritores Luis Sepúlveda, Gianni Minà y Paco Ignacio Taibo II. Lluís Llach puso música a la noche en el recinto ferial, en el que, en la madrugada del lunes, medio millar de personas asistieron embebidas a la voz y la poesía de Ángel González en un recital de su obra más sentida.