El Ejército colombiano anuncia a las FARC que se agota la estrategia de negociar con guerra
El país aún no ha regresado a la normalidad tras la violenta ofensiva lanzada por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), ya en vías de fracaso. La acción de la insurgencia, que empezó en la madrugada del jueves y afectó a nueve provincias, dejó, según el Ejército, ocho policías y dos soldados muertos y varios heridos, incluidos siete civiles, además de 202 guerrilleros muertos. El Ejército ha advertido a las FARC de que la estrategia de negociación sin parar la guerra se agota. De momento, se mantiene la cita del día 20 entre Gobierno y guerrilla.
Para evitar que los insurgentes traten de llegar fortalecidos militarmente a la mesa de negociación con el Gobierno, desde el sábado está prohibido circular de noche por las carreteras de las 10 provincias con presencia de las FARC. Entre esas provincias se hallan las de Meta y Caquetá, donde están los cinco municipios desmilitarizados desde hace ocho meses para servir de escenario al nuevo intento por lograr la paz con esta guerrilla comunista. La medida regirá por tiempo indefinido y afecta también a l0 poblaciones al sur de Bogotá, que desde hace años han sido el corredor que comunica los santuarios de la guerrilla en selva y llano con la capital. Entre estos santuarios está Uribe, un caserío de apenas cuatro calles donde está previsto -si se solucionan los problemas que generaron ya un aplazamiento- que se sienten el próximo día 20 a negociar una agenda de 12 puntos los cinco delegados del Gobierno y los tres de las FARC.
El Ejército, golpeado por los desastres militares, insiste en que varios de los ataques se organizaron desde esta zona de distensión. Carlos Jaramillo, exconsejero presidencial para la paz, plantea, en su columna del diario El Tiempo, que para que no se otorguen "ventajas militares a la guerrilla", se debe reducir la zona de distensión, que abarca más de 42.000 kilómetros cuadrados.
Aunque la ofensiva guerrillera se sintió en toda Colombia, los ataques, en la escala con la que se mide la violencia en este país violento, no se pueden catalogar como parte de una ofensiva sin precedentes. Es parte, eso sí, de una dinámica de guerra y una dinámica de paz en la que el Gobierno aceptó la condición de la guerrilla de negociar bajo el ruido de las balas.
"Pretender un cese del fuego", asegura el analista Alfredo Rangel, "es la expresión candorosa de un anhelo imposible", y advierte que la única opción es que "el Estado obligue militarmente a la guerrilla" a negociar sin combates. "Nosotros preferimos negociar en medio de la paz. Pero en la medida en que la guerrilla persista en realizar ataques, el Ejército tiene que responder", dice el ministro de Defensa, Luis Fernando Ramírez, en una entrevista con el El Espectador.
El nuevo ministro deja claro que la intención del Gobierno es seguir adelante en su empeño de paz a pesar de que en el país aumenta día a día el pesimismo. "Hay síntomas claros de que se agota el esquema de negociación en medio del conflicto", editorializaba ayer El Espectador.
[Más de 300 personas en autobuses, taxis y vehículos particulares están retenidas desde el sábado por las FARC en un falso retén levantado en una carretera del sur del país, según anunciaron ayer sus familiares, informa Efe. Al parecer, los guerrilleros buscan a paramiliatres o personal de las fuerzas de seguridad].
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