Los festivales de Mérida y Almagro vuelven a dar vida a los grandes autores clásicos
Gerardo Malla estrena 'Entre bobos anda el juego', un "western manchego" de Rojas Zorrilla
El Festival Internacional de Teatro Clásico de Almagro y el Festival de Teatro Clásico de Mérida inician su XXII y XLV ediciones, respectivamente, marcados por el paulatino debilitamiento en sus programaciones, cada vez con menos ofertas imprescindibles para los aficionados y con menos estrenos. Almagro empezó anoche con varios espectáculos, pues son diversos los espacios escénicos del festival. Entre ellos cabe destacar el tradicional estreno de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC), que monta por primera vez a Rojas Zorrilla y su Entre bobos anda el juego, con dirección de Gerardo Malla. El encuentro de Mérida, que se inauguró el miércoles, ofreció en el espectacular Teatro Romano Los asesinos, un montaje sobre textos de diversos autores clásicos de La Comedia Nacional del Uruguay, dirigido por Omar Grasso.
Almagro, al ser el festival que cuenta con más presupuesto, -140 millones de pesetas, a los que hay que añadir la participación sin coste de la CNTC-, con un mayor número de espacios, con una presencia más destacada de responsables políticos de la Administración central y con muchos más espectáculos programados, es el que recibe también más críticas. Éstas hablan de que cada vez se debilita más, debido a un relajamiento generalizado a la hora de buscar espectáculos y es acusado, no tanto por parte del público, al que es difícil sondear y no va a dejar de asistir, como de expertos y gentes del teatro, que cada vez encuentran menos incentivos o espectáculos "de tirón o interés especial" .
Espectáculo dinámico
Para entenderlo basta echar un vistazo a los espectáculos de los primeros días del festival. Los dos montajes que la CNTC traía a Almagro todos los años, desde que se fundara la compañía, se han quedado en uno, aunque éste ofrece atractivos. Malla, el director de Entre bobos anda el juego, defendió ayer el texto de Rojas Zorrilla y tuvo momentos de humor para hablar de su montaje. "Es un western manchego, una obra que transcurre en el campo, que es itinerante y permite hacer un espectáculo dinámico, que he querido que sea un homenaje a La Mancha", dice Malla de este montaje, que está situado entre Toledo y Madrid y que cuenta con la música de un joven jazzista y rockero, su hijo, Miguel Malla, que ha tratado de fundir músicas contemporáneas con temas del siglo XVII. También se estrenó anoche un espectáculo japonés, Takigimai-Kan, con dirección de Kanichiro Suzuki y Midori Nishizaki II como primera bailarina.
Un montaje que inicia sus representaciones el domingo, cuya presencia dignifica el Festival de Almagro, pero que lleva estrenado varios meses, es la última producción del escenógrafo Andrea D"Odorico, con dirección de Miguel Narros: Los enamorados, de Goldoni, una obra que contiene reminiscencias de la commedia dell'arte, ya que su autor había abandonado este género cuando la escribió.
Por otro lado, la programación del festival está cargada de grupos jóvenes. Mañana presentará su espectáculo la Compañía de César Diéguez, profesional que, tras trabajar once años en la CNTC, como actor y ayudante de dirección, ha puesto en pie su propio sueño con El parecido en la Corte, de Agustín Moreto, obra que el joven director define como "de amor y donde los sentimientos se pueden decir en verso".
En tono similar aparece la programación para las próximas semanas, que también está salpicada de citas significativas, como la presencia de Jordi Savall y Hesperion XX, alejados del verso clásico, pero siempre acontecimiento cultural con su concierto de música del Siglo de Oro español, o Las mujeres sabias, de Molière, en versión de Adolfo Marsillach, espectáculo que llega a Almagro tras una larga gira por casi toda España, o el estreno de Julio César, de Shakespeare, con dirección de Manuel Canseco, así como la Fuenteovejuna del CAT andaluz y el palestino teatro Al-Kasaba, un Decamerón caribeño de la compañía Máscara Laroye, o el delicioso y sarcástico montaje Clasyclos, de Juan Margallo, estrenado hace un año, pero apenas visto. El teatro infantil (hoy y mañana actúa El duente del Globo) y el teatro de calle también tienen su espacio en el festival, que ofrece en estas fechas exposiciones organizadas por el Museo Nacional del Teatro sobre la actriz Tote García Ortega, fallecida recientemente, y otra bajo el nombre de Sastrería para el teatro del Siglo de Oro, con piezas de todo este siglo y trajes firmados por conocidos figurinistas como Nieva, Vitín Cortezo, Gerardo Vera o Narros
Babelia
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