Movilización internacional para impedir que Ankara ejecute la sentencia del jefe del PKK

Gobiernos, parlamentos, organizaciones humanitarias. Desde todos los rincones del mundo se alzó ayer un clamor para pedir a Turquía que no ejecute la condena de muerte dictada contra el líder de la guerrilla kurda, Abdalá Ocalan. La Unión Europea se unió a los países con más influencia sobre el Gobierno de Ankara, como Alemania, para intentar salvar de la horca al jefe guerrillero. Sólo EEUU dio un tímido apoyo a Turquía al calificar a Ocalan, sin otros comentarios, de "terrorista internacional". Pero Ankara anunció que hará oídos sordos a todas las súplicas de clemencia.

La Unión Europea (UE) pidió en bloque la no aplicación de la pena capital. Tanto la Comisión y el Parlamento Europeos, en Bruselas, como los líderes de los Quince, que participaban en la cumbre de Río, exigieron que Ocalan no sea ahorcado. El Gobierno de Alemania, que ocupa la presidencia de la UE, pidió a los kurdos residentes en ese país, cerca de medio millón de personas, que mantengan la calma y esperen a que la sentencia sea revisada. El portavoz del Gobierno español, el ministro de Industria, Josep Piqué, pidió al Parlamento turco que no ratifique la sentencia. Por su parte, el ministro de Exteriores, Abel Matutes, envió ayer una carta al Gobierno de Ankara en la que expresaba su esperanza de la pena de muerte sea conmutada: "Nosotros repudiamos el terrorismo, el juicio ha sido conducido bajo las normas habituales de los Estados que se rigen por la primacía de la ley y la democracia, que Turquía comparte. Pero sabemos que Turquía no ha ejecutado una sentencia de muerte desde 1984 y esperamos que tampoco lo haga en este caso". Todos los grupos del Congreso de los Diputados español suscribieron ayer una declaración institucional en contra de que se ejecute la pena capital.

En Washington, el portavoz de la Casa Blanca, Joe Lockhart, prefirió no hacer comentarios definitivos hasta que no se examinen los recursos contra el fallo, informa José Manuel Calvo. Pero precisó: "Desde hace tiempo hemos pensado que Ocalan es un terrorista de dimensión internacional que tenía que responder ante la justicia". El portavoz del Departamento de Estado, James Rubin, expresó su preocupación por el hecho de que el procesado haya estado incomunicado con sus abogados.

Desde Nueva York, la organización de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch considera que ha habido insuficiencias e impropiedades en el conjunto del proceso. Amnistía Internacional también pidió desde Londres que "un tribunal imparcial" inicie un nuevo proceso para Ocalan.

Grupos de manifestantes kurdos se echaron ayer a las calles de las principales capitales occidentales en medio de grandes despliegues policiales para prevenir disturbios. En Roma, grupos de simpatizantes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) se enfrentaron con la policía,que protegía la sede de la Embajada turca en Italia. En Nicosia, la marcha de protesta contra la sentencia acabó con lanzamiento de piedras contra la Embajada de EEUU en Chipre.

El autoproclamado Parlamento kurdo en el exilio, denunció ayer desde Bruselas el "injusto" juicio contra el líder del PKK. Uno de sus representantes, Alí Yigit, dijo ayer en Vitoria que la sentencia dictada contra Ocalan es "una condena al pueblo kurdo".