Un psicólogo mide el efecto del estrés en los exámenes preuniversitarios

De los 6.450 alumnos que se presentan a los exámenes de Selectividad en Málaga, unos 1.200 pasarán por una prueba adicional: un cuestionario destinado a determinar hasta qué punto su estado emocional influye en la calificación que obtienen. Un grupo de investigadores del Área de Psicología Básica de la Universidad de Málaga, dirigido por Pablo Fernández Berrocal, desarrolla este estudio, que estará listo a mediados de julio. "Las notas de Selectividad suelen caer un punto respecto a la media de COU y bachillerato", cuenta Fernández Berrocal. "Hay quien baja más, hay quien sube. Lo que pretendemos es explicar este salto a través de variables emocionales". El cuestionario evaluará los síntomas de depresión, la ansiedad, la presencia de pensamientos rumiativos -es decir, obsesivos, que se rumian una y otra vez-. Y preguntará a los estudiantes si se sienten seguros, calmados y capaces o todo lo contrario. El cuadernillo que se les entrega es anónimo, pero va identificado con la misma clave numérica que los exámenes. Esto hará posible cruzar los resultados y ver si existe una correlación entre el estrés y las notas finales. "Suponemos que los alumnos más ansiosos y depresivos tendrán peores resultados, claro", dice Fernández Berrocal. También se añadirán al análisis los datos del expediente académico de cada uno, muy útiles para hacer un seguimiento de su trayectoria. Desajustes emocionales El cuestionario comprende 197 preguntas, que, según Fernández Berrocal, pueden contestarse "en 25 ó 30 minutos", y que se refieren no sólo al estado emocional del estudiante, sino también a su salud física y al apoyo social y familiar de que disfruta. Cuando vuelvan a presentar el cuestionario en la convocatoria de septiembre, y conociendo ya los resultados de esta primera fase de la experiencia, los investigadores harán correcciones y añadidos sobre el documento original. "Por ejemplo, queremos pedirles que hagan una predicción de la nota que van a sacar". También planean incorporar otra variable: qué carrera desea estudiar cada alumno. Si la calificación mínima de acceso es alta, eso incrementaría la presión que siente el aspirante. "Queremos trazar un perfil de los universitarios del nuevo milenio", concluye Fernández Berrocal. Y el retrato, por lo que parece, no es demasiado halagador. "Los jóvenes de ahora están afectados por más desajustes emocionales que los de hace 20 años". Para el psicólogo, los cambios estructurales en la familia explican, al menos en parte, esta situación. "Los padres se comunican menos con sus hijos, tienen menos tiempo y atención que ofrecerles, y tienden a trivializar y a minimizar sus problemas emocionales".