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EL CAMINO HACIA LA PAZ Política y diplomacia

El Gobierno alemán cree que la OTAN no debió revelar su plan de despliegue

Pilar Bonet

La OTAN actuó "con poca habilidad" al publicar, sin consultar con nadie, los mapas de las zonas que Estados Unidos, Reino Unido o Alemania ocuparían en Kosovo y despertó así susceptibilidades en otros países, de modo que "los españoles, los ucranios o los suecos podían preguntarse dónde iban a estar ellos". Así piensa el secretario de Estado de Asuntos Exteriores alemán, Wolfgang Ischinger, uno de los principales estrategas de la diplomacia de Bonn para Kosovo y el que fuera jefe de la delegación alemana en Dayton.

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Ischinger quiere ser "un poco autocrítico" antes de analizar la presencia de las tropas que Moscú ha enviado a Kosovo "con el fin de tener una buena posición negociadora". En su opinión, el Kremlin no ha transgredido sus compromisos internacionales, ya que "Rusia trata de cumplir de forma muy precisa la resolución de la ONU". "Lo máximo que se podría objetar es que en el marco del mandato de la SFOR (el contingente internacional de pacificación para Bosnia-Herzegovina) no figura el transporte a Kosovo", señala. Moscú y la OTAN encontrarán una fórmula aceptable antes de la cumbre del G-8 (los siete países más industrializados y Rusia) que se mantiene en Colonia esta semana, cree el diplomático. Ischinger asegura que Alemania sostiene "conversaciones muy intensas" con Moscú sobre el tema. Mientras los aviones de la OTAN bombardeaban Yugoslavia, la diplomacia alemana ayudaba a mantener abiertos canales entre la Unión Europea (UE) y el presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic. Ischinger confirma que participó en la misión del financiero sueco Peter Castenfelt, quien, según el Financial Times, viajó en secreto a Belgrado con ayuda de Rusia y la UE poco antes del acuerdo de paz. Según el diario, Castenfelt informó a Milosevic de lo que podía esperar de la OTAN y le convenció para que aceptara las condiciones aliadas.

"Hemos utilizado todas las posibilidades, incluidas otras que no figuran en los periódicos, para dejar claro a la dirección yugoslava que debía aceptar determinadas exigencias", dice Ischinger. "Teníamos la impresión de que Milosevic y algunos de sus colaboradores vivían en un caparazón, aislados del mundo exterior. Creemos que si Milosevic hubiera analizado bien la situación, no habría esperado dos meses, sino que habría decidido antes que no podía ganar una guerra contra la OTAN".

Aún hoy, Ischinger cree que una parte de la población serbia no ha entendido lo que ha sucedido en su país. El retorno del Ejercito desde Kosovo puede, a su parecer, tener un efecto importante en Yugoslavia. "Con la llegada masiva de los soldados, Serbia se dará cuenta de que ha perdido el conflicto de Kosovo y que Milosevic no tiene razón cuando dice que ha ganado. Ha perdido y ha sostenido una guerra de dos meses sin motivo para obtener un resultado que es mucho peor que Rambouillet. Los serbios inteligentes se preguntarán por qué han tenido que morir varios miles de personas para lograr un resultado peor que en febrero", señala.

"La actuación de la oposición ha sido decepcionante, pero creo que el retorno de los soldados tendrá su efecto. Hay que esperar sin precipitarse qué conclusiones sacan los serbios de este conflicto. La UE extiende una mano, pero no hacia Milosevic, y mientras los serbios quieran ser representados por él tendrán grandes dificultades para la recostrucción económica", insiste Ischinger.

Alemania quiere que la reconstrucción en Kosovo sea un "caso modélico" que logre una "prosperidad relativamente rápida bajo la protección de la comunidad internacional". La Unión Europea quiere ser especialmente activa en Montenegro. Frente a Serbia, tratará de actuar de forma que "Slobodan Milosevic no pueda jactarse de haber conseguido ayuda económica internacional". El Pacto de Estabilidad para los Balcanes es "la última gran tarea estabilizadora de Europa, y costará mucho dinero".

El lunes, Ischinger reunió por primera vez el grupo de trabajo que elaborará la concepción alemana para la reconstrucción en Kosovo y que "la semana próxima hará ya propuestas al Gobierno". Al frente está el secretario de Estado del Ministerio de Finanzas, Kay Koch-Weser. Si la seguridad lo permite, Alemania mandará tres diplomáticos desde Bosnia a Kosovo esta misma semana, con el fin de que actúen como núcleo de enlace para temas humanitarios y de reconstrucción.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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