Alemania propone a Rusia crear una zona en Kosovo con mando compartido por turnos
Alemania ha propuesto a Rusia que sus respectivas tropas de pacificación compartan una zona en Kosovo y que ambos países ejerzan por turno el mando de la agrupación conjunta, informaron ayer fuentes próximas a las negociaciones. Para explorar la posibilidad, representantes de los ministerios de Defensa de ambos países se han reunido en Moscú a principios de semana. EEUU y Rusia trataban ayer de sellar un acuerdo sobre la participación rusa antes de la cumbre del G-8, que mañana comienza en Colonia.
El jefe del Estado Mayor de Planificación del Ministerio de Defensa alemán, general Harald Kujat, ha viajado a Moscú y a principios de esta semana ha mantenido allí conversaciones con el general Leonid Ivashov, responsable de la cooperación internacional en el Ministerio de Defensa de Rusia. Oficialmente, un portavoz del Ministerio de Defensa alemán interpelado manifestó que no podía ni confirmar ni desmentir esta información, porque el ministerio "se abstiene de hacer comentarios sobre el curso de las negociaciones en marcha" sobre el contingente internacional en Bosnia. El secretario de Estado alemán reconoció que Alemania ha mantenido contactos con Rusia y expresó su confianza en que se podrá encontrar una solución para ubicar al contingente ruso antes de la cumbre del G-8, que se celebra en Colonia desde mañana hasta el 20 de junio.
Alemania aportaría a la agrupación conjunta unos 7.000 soldados, y la parte rusa, entre 2.500 y 5.000, señalan las fuentes, según las cuales el mando se ejercería por turnos, barajándose la posibilidad de que éstos sean de seis meses. Paralelamente a la cumbre de jefes de Estado del Grupo de los Ocho (los siete grandes y Rusia), que se celebrará este fin de semana en Colonia, está prevista la visita a Bonn del ministro de Defensa ruso, Ígor Serguéiev, quien se entrevistará con su colega alemán, Rudolf Scharping.
El presidente ruso, Borís Yeltsin, tras dos conversaciones con Bill Clinton por teléfono, envió ayer a Helsinki a sus ministros de Exteriores y Defensa. Este último, Ígor Serguéiev, se entrevistó con el jefe del Pentágono, William Cohen, mientras que Ígor Ivanov lo hizo con el presidente finlandés y mediador de la UE, Martti Ahtisaari. El objetivo es sellar un acuerdo antes de la cumbre de jefes de Estado que mañana comienza en Colonia. Ivanov se reunirá hoy, probablemente, con la secretaria norteamericana de Estado, Madeleine Albright. En juego está decidir la fórmula para que Rusia se integre en la fuerza internacional de paz en Kosovo.
No encrespar los ánimos
El golpe de mano de Rusia, que durante la madrugada del sábado colocó una columna militar procedente de Bosnia en el aeropuerto de Pristina, ha convertido la disputa en serio motivo de preocupación para la Alianza Atlántica en la posguerra. En los últimos días, los aliados han optado por no encrespar más los ánimos, minusvalorando el aspecto de desafío de ese despliegue por sorpresa, e incluso escoltando con tanques a un pequeño convoy de avituallamiento que ayer se dirigió a la capital de Kosovo. Las tropas rusas llegaron casi con lo puesto, con víveres para unos pocos días, confiadas en unos refuerzos que aún se hacen esperar, entre otros motivos por la negativa de Rumania, Hungría y Bulgaria a conceder permiso de sobrevuelo a los aviones de transporte que Moscú tiene preparados. Ayer, el enviado de Borís Yeltsin para los Balcanes, Víktor Chernomirdin, aseguró que ese problema se estaba tratando en Helsinki, y que ya se había resuelto en lo que se refería a Bulgaria. El Gobierno de Sofía lo negó poco después. Sigue ligando el permiso a un acuerdo previo entre Rusia y la OTAN.
Ivanov señaló enigmáticamente que todas las partes deben actuar según las reglas del juego, las de la ONU, en lo que constituye una de las más complicadas operaciones de la historia. "El objetivo", afirmó, "es el mismo para todos, y está fijado en la resolución del Consejo de Seguridad". Añadió que se trata de una "operación unificada", con participación de diferentes Estados y organizaciones, que "deben actuar conjuntamente". En resumen: Rusia pide trato de igual a igual con la OTAN. Una utopía.
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