Tres serbios armados mueren en choques con las tropas aliadas en Prizren y Pristina

Las primeras bajas serbias en enfrentamientos directos con las tropas aliadas se produjeron ayer. Un serbio armado fue abatido en Pristina por un paracaidista británico. En Prizren, soldados alemanes repelieron un ataque desde un vehículo, matando a dos de sus ocupantes. En Dulje, al sur de Pristina, dos periodistas alemanes resultaron muertos por los disparos de francotiradores serbios. Según fuentes serbias, dos soldados, un policía y un civil murieron acribillados por la mañana en Pristina, en emboscadas del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK).

Según el portavoz militar británico, los disparos contra el que identificó como un policía serbio se produjeron cuando éste ignoró ocho órdenes para que entregara la pistola con la que disparaba contra soldados aliados. El Centro de Información Serbio de Pristina, sin embargo, negó que se tratara de un policía y aseguró que le dispararon "sin razón" cuando cruzaba la calle de Momcilo Popovic. En Prizren, informa José Comas, a última hora de la tarde los soldados alemanes se vieron sorpendidos por la llegada de un vehículo desde el que, primero se les mostró amenazadoramente una granada para dispararles a continuación. Los soldados repelieron la agresión. Según el general Fritz von Korff, en la refriega resultaron muertos dos de los serbios y herido un soldado alemán.

Dos periodistas alemanes resultaron muertos en Dulje, a unos 40 kilómetros al sur de Pristina, cuando fueron atacados por un grupo de hombres armados mientras se encontraban en una zona controlada por soldados canadienses.

Estos episodios ilustran el caos reinante y la urgencia de un despliegue más acelerado y coordinado de las fuerzas de pacificación para frenar una explosión generalizada de hostilidades que complicaría seriamente el proyecto de la OTAN.

El control del centro de Pristina -desde hace días a merced de ladrones, saqueadores y otros delincuentes- está a cargo de menos de un millar de soldados del Primer Batallón del Regimiento de Paracaidistas. Ayer iniciaron una tímida misión de reconocimiento con un impresionante apoyo de carros de asalto Challenger y Scimitar que avanzaron por la avenida Vidovdanska, la principal arteria de Pristina.

En el primer incidente de violencia desde la llegada del primer contingente de la OTAN, ayer por la tarde, pistoleros no identificados, pero descritos por el Centro de Prensa de la capital kosovar como "terroristas del ELK" abrieron fuego contra un grupo de soldados yugoslavos y un policía en una calle del barrio de Vranjevac. Minutos después dispararon contra un coche privado matando a su conductor, agrega el comunicado del centro.

Según testigos, al menos cinco hombres uniformados irrumpieron en la oficina de registros adyacente a la Gran Mezquita de Pristina, la rociaron de gasolina y prendieron fuego antes de darse a la fuga. "Iban uniformados, eran policías serbios", aseguró un comerciante albanés que dijo haber visto el ataque. "Luego huyeron en dos coches particulares. Tengo las matrículas", agregó, demasiado asustado para dar su nombre.

El viejo edificio de dos pisos ardió durante dos horas, destruyendo certificados de nacimiento, partidas de matrimonio y documentos de identidad de un número indeterminado de albaneses residentes en la provincia. Su pasado legal quedó reducido a humo y cenizas. A menos de cien metros de distancia, los tres tripulantes de un carro de asalto británico contemplaban impasiblemente la escena. "No tenemos órdenes de hacer nada por el momento", comentó el comandante de la unidad. El edificio, ubicado a pocos metros de la mezquita, coronada por un gran domo plateado, ardió hasta desplomarse sobre sus barrotes derretidos. "No hay fuerza capaz en este mundo de parar la guerra", comentó con amargura una joven estudiante.