Bélgica no cuenta aún con la lista de granjas y mataderos bajo sospecha

Hoy comienza una semana de alto riesgo para el Gobierno belga, con elecciones generales el 13 de junio, y para Bélgica, donde toda la actividad agroalimentaria está paralizada por la crisis provocada por la dioxina cancerígena. "El 90% de los alimentos es sano y no hay una contaminación general", declaró ayer el primer ministro, Jean Luc Dehaene. Pero tiene dificultades para elaborar la lista de los criaderos de animales que recibieron las harinas contaminadas.

El objetivo del Gobierno belga es elaborar rápidamente una lista de granjas y mataderos que estén bajo sospecha de haber utilizado harinas contaminadas con dioxinas entre el 15 de enero y el primero de junio, para comenzar rápidamente a reabastecer a la población con el resto de animales de cría. El viceprimer ministro y titular de Economía, Elio di Rupo, se mostraba ayer "escandalizado por la incapacidad del departamento de Agricultura" para publicar esa lista detallada de las empresas que han utilizado los productos contaminados con dioxinas.En España, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Jesús Posada, reiteró que "no hay peligro" de que puedan introducirse animales alimentados con el pienso contaminado con dioxina, ya que "el Gobierno ha paralizado las partidas procedentes de Bélgica". Posada explicó, además, que aunque "hayan entrado en España animales contaminados es tan pequeña la cantidad que no hay peligro para la salud de los consumidores".

Donde la confusión y el miedo no han desaparecido es en Bélgica, país en el que las medidas adoptadas por las autoridades se superponen a las adoptadas con urgencia por la Comisión Europea. El primer ministro belga, Jean Luc Dehaene, responsabiliza a los dos ministros que dimitieron de haber faltado a su obligación de informar al resto del Gobierno. Dehaene, cabeza de lista del partido CVP (cristianosocial flamenco), intenta apaciguar este escándalo multiplicando las declaraciones tranquilizadoras sobre el estado sanitario del país, cuando varias voces en su Gobierno de coalición critican la mala gestión de esta crisis. Los ministros de Agricultura, Karel Pintxten, y de Sanidad, Marcell Colla, dimitieron el pasado 1 de junio por su responsabilidad en la crisis de los pollos alimentados con dioxinas cancerígenas. A pesar de que el caso ya fue comprobado por el ministerio belga de Agricultura el pasado 26 de abril, hasta el 28 de mayo no se recomendó a los comerciantes retirar los pollos y los huevos de la venta.

Localización en España

En España sigue la localización y retirada de productos belgas. Ayer, la Delegación de Sanidad de Guadalajara anunció que había retenido una partida de 1.500 kilos de preparados de pollo que procedían de Bélgica y que estaban destinados a la venta en uno de los hipermercados de la zona del corredor del Henares. La inmovilización se realizó a solicitud de la empresa distribuidora de la mercancía, que se puso en contacto con Sanidad para comunicar que tenía una partida de precocinados procedente de Bélgica. "Ni un solo kilo de esta mercancía ha llegado al mercado", declaró el delegado de Sanidad en la provincia alcarreña, Juan José Palacios.Por su parte, el gobierno vasco ha inmovilizado 174.000 kilos de alimentos con productos animales belgas, según el director de Salud Pública, Luis González de Galdeano, que espera que al finalizar el recuento de la campaña iniciada tras conocer las contaminaciones por dioxinas en Bélgica, el volumen de alimentos inmovilizados de forma cautelar en la Comunidad Autónoma Vasca alcance las 200toneladas. En concreto, la Sanidad pública vasca ha paralizado la comercialización de casi 128.000 kilos de productos cárnicos no frescos, fundamentalmente lomo y paleta de cerdo, 17.000 kilos de licor de vainilla, casi 8.000 kilos de chocolate, 5.700 de salsas, algo menos de huevo líquido y en polvo, 4.700 kilos de pasteles, 3.500 de productos lácteos y otras cantidades de galletas, helados y pesca.