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52º FESTIVAL DE CANNES

Sonrisas y lágrimas

Los premios no siempre fueron recibidos con ovaciones en la ceremonia de clausura del festival

Guillermo Altares

Como el gran favorito que era, Pedro Almodóvar subió anoche las escaleras del gran teatro Lumière acompañado por la actriz Marisa Paredes y por su hermano y productor, Agustín Almodóvar, en medio de una lluvia de flases y mostrando una inmensa sonrisa, que conservó cuando le tocó subir al escenario para recoger el premio al mejor director de manos del actor estadounidense Val Kilmer."Lo siento, pero no me voy a poner a llorar", dijo sereno, aunque visiblemente emocionado, tras haber recibido una larga ovación del público, que se puso de pie para aplaudirle. Almodóvar mantuvo el tipo, algo que no logró en absoluto la actriz Émilie Dequenne. Sin poder retener las lágrimas, apenas llegó a decir: "Quiero dedicar este premio a toda mi familia, a mamá, a papá, que estarán viendo la televisión, y a mis directores, Jean-Pierre y Luc Dardenne...". Luego tuvo que retirarse ante el acceso de llanto incontrolable.

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Como ocurrió en la rueda de prensa posterior a la presentación de su película, en el primer fin de semana del festival, Almodóvar se metió anoche al público en el bolsillo cuando dedicó su galardón "a la democracia en España" y "al público español". "Soy el resultado de la democracia en mi país, sin la cual no hubiese llegado a hacer nada. Y también soy el resultado del apoyo de la audiencia española, que me permite seguir haciendo películas", señaló. "Este premio pertenece a mis actrices, a todas ellas, y también a mi hermano, Agustín, y al productor francés, Claude Berri. A mi madre no la cito, porque es obvio", agregó, arrancando las carcajadas del público.

Pero Almodóvar no fue el único que hizo reír durante una ceremonia que se prolongó durante tres cuartos de hora y en la que se dieron unos premios que no siempre fueron recibidos con ovaciones. Algunas líneas del guión que leyeron los diferentes presentadores (desde Kilmer hasta la modelo francesa Laetitia Casta, pasando por el cantante Johnny Hollyday y las actrices Angelica Huston o Geraldine Chaplin) provocaron amplias sonrisas entre el personal. "Espero que su clarividencia se convierta en legendaria", dijo la maestra de ceremonias, Kristin Scott-Thomas, al parecer en serio, sobre los miembros del jurado. "Antes de ser iconos de la cultura popular, las actrices son artistas", señaló el cantante Hollyday en medio de las risas del público, seguramente no queridas por los autores del engolado guión de la gala.

Aunque el mejor momento lo protagonizó el veterano actor francés Michel Piccoli, presidente del jurado de la Cámara de Oro, que concede un premio a una primera película, de todas las presentadas en las diferentes secciones oficiales del certamen. "El ganador del premio ha sido... Manoel de Oliveira", dijo ante el desconcierto general, ya que el realizador portugués tiene 90 años y 20 películas a sus espaldas. Naturalmente, era una broma de Piccoli: el ganador fue el realizador indio de 32 años Murali Nair por su filme Marana Simhasanam. Y, dentro de la tónica habitual, Mair subió a recoger su galardón, pero no pudo pronunciar palabra, mientras las lágrimas le corrían intensamente por las mejillas.

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Sobre la firma

Guillermo Altares
Es redactor jefe de Cultura en EL PAÍS. Ha pasado por las secciones de Internacional, Reportajes e Ideas, viajado como enviado especial a numerosos países –entre ellos Afganistán, Irak y Líbano– y formado parte del equipo de editorialistas. Es autor de ‘Una lección olvidada’, que recibió el premio al mejor ensayo de las librerías de Madrid.

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