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La industria cerró filas con la convocatoria sindical, especialmente en Guipúzcoa

Maribel Marín Yarza

La industria vasca secundó mayoritariamente la jornada de huelga, que tuvo su manifestación más rotunda en Guipúzcoa, lo que reconoció la propia patronal, aunque atribuyéndolo a la acción de los piquetes. El 94% de las empresas guipuzcoanas paró, según los sindicatos. La incidencia de la convocatoria, aunque menor, también fue significativa en las firmas vizcaínas y alavesas, donde llegó al 50% y al 47% de inactividad, según las patronales territoriales, datos que las centrales elevaron al 83% y el 78%, respectivamente.

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Como casi siempre en un paro laboral los sindicatos convocantes hablaron de éxito y los empresarios de fracaso. Confebask calificó la protesta de "desigual, impuesta y en ningún caso general", pese a reconocer el "importante" seguimiento en la industrai guipuzcoana. Según las centrales nacionalistas, los trabajadores de un total de 526 empresas industriales de 50 o más empleados secundaron de forma total o parcial la huelga, lo que representa el 86,5% del total. Ni siquiera los centros del imperio Mondragón Corporación Cooperativa, donde los trabajadores son sus propios patronos, se escapó de la tónica general en Guipúzcoa. Fagor Electrodomésticos, que respaldó el paro en una votación vinculante, permanecía cerrada, con unos servicios más que mínimos. ¿Cómo se entiende una huelga de quienes son empresarios y empleados al mismo tiempo? "Por solidaridad", contestaba una de las trabajadoras. Otra empleada de MCC iba más allá y hablaba de "contradicción". En MCC, donde también hay un pequeño número de asalariados que no son socios, la media horaria alcanza las 37 horas y media semanales. Piquetes En Mondragón no se registraron escenas de tensión con los piquetes, que sí se dieron en otras empresas de la provincia y de la comunidad. La patronal guipuzcoana Adegi insistió ayer en que el alcance del paro, con menor incidencia en las pequeñas y medianas empresas, estuvo condicionado por "la actuación masiva de los piquetes, la ausencia del transporte público y las coacciones" a los trabajadores. Adegi reiteró que " nunca aceptará una medida que ponga en riesgo la competitividad y el empleo". El cinturón industrial de Vitoria dio una respuesta desigual a la huelga. Mercedes, con 3.400 trabajadores, vio paralizada por completo su actividad. Pero fue precisamente aquí donde se produjeron los enfrentamientos verbales y los forcejeos físicos de mayor ìmportancia. Miembros del comité, encabezado por UGT, que se plantaron en la puerta impidieron la entrada a 200 trabajadores en el turno de las 6.00. Más tarde, el enfrentamiento hizo necesaria la intervención de efectivos de la Ertzaintza. Los piquetes de los sindicatos convocantes se instalaron desde las cinco y media de la madrugada en los cruces y rotondas de acceso a los polígonos industriales de Uritiasolo, Gamarra y Ali Gobeo y en Betoño. Precisamente UGT Euskadi denunció que los agentes fracturaron el brazo a uno de sus afiliados en esta zona. El Sindicato Empresarial Alavés cifró en un 47 % la incidencia de la huelga y la consideró "un fracaso". La repercusión en el sector industrial vizcaíno fue superior al 50%, según la Confederación Empresarial de Vizcaya. CEBEK destacó que la incidencia fue mayor en los trabajos relacionados con la producción y muy baja en los ligados a la administración y la ingeniería. Esta patronal, que insistió en que "la reducción de la jornada debe realizarse en cada empresa a través de la negociación", aseguró que ayer se "vulneró el derecho al trabajo".

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