Pastrana y las FARC

Leo los titulares sobre el proceso de paz en Colombia con la única esperanza de que el presidente, Andrés Pastrana, y el máximo comandante de las Fuerzas Armadas, Tirofijo, logren un consenso que erradique la violencia en este país. Reconozco la dificultad que encierra este proceso, pero la visita del presidente al jefe de la guerrilla el pasado 4 de mayo muestra un carácter conciliador colmado de buena fe.El Gobierno propone una serie de puntos que pueden "ofender" las intenciones de las FARC: la defensa de la soberanía, la sustitución de cultivos ilegales y el combate de las fuerzas de carácter paramilitar.

Por su parte, las Fuerzas Armadas Revolucionarias mantienen su discurso de oposición al poder, al proponer puntos como la creación de impuestos para las grandes fortunas, la disolución del Ejército o la concesión del 30% de los puestos legislativos para el Movimiento Boliviano, canal de expresión política de los revolucionarios. Todo indica que será un proceso de paz complicado.

Las dos agendas han sido colocadas sobre la mesa de negociaciones. La paz, que había sido considerada por la población de

Colombia como una utopía, parece cada vez más cercana. Es verdad que el tiempo será el que dictamine si ambas partes son capaces de afrontar un verdadero proceso de negociaciones, pero no se puede negar que el diálogo hacia un futuro sin armas ya ha comenzado.-