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GUERRA EN YUGOSLAVIA Los refugiados

Las familias que acogen refugiados apenas reciben ayuda exterior

"Tras tantas semanas de conflicto, apenas funcionan los programas de ayuda a las familias que acogen a los refugiados", protesta Kastriot Islami, el ministro albanés responsable de la coordinación humanitaria. Sólo llega una parte de la comida. Ahora se está manos a la obra.En el país vecino, Macedonia, las cosas van algo mejor. Funciona el tejido social: organizaciones cívicas como El-Hilal, que fabrica y reparte el pan, como la Liga de Mujeres Albanesas de Macedonia, 160 magníficas activistas que distribuyen ropa y terapia psicosocial. "Estamos más activas que nunca, pese a que el Gobierno no nos subvenciona ni un céntimo", indica su presidenta, Myqereme Rusi. O como las ONG europeas coordinadas por la agencia humanitaria de la Comisión, ECHO -sobre todo la italiana Intersos-, que entrega alimentos, leña, ropa. Algunas tenían la ventaja de estar ya sobre el terreno, con programas de atención a los más vulnerables.

Y sobre todo, los refugiados en Macedonia, aunque el Gobierno les trata con prevención y recelo, o quizá por eso, están ya contados y censados. "Los 1.450 kosovares de esta área están todos registrados, conocemos sus necesidades", indica Nehat Shami, jefe de la Unidad de Emergencia para la Lucha contra la Desigualdad, en el distrito de Baftiari, Tetovo, junto a Skopje. Es un trámite indispensable para poder coordinar la ayuda.

Dinero y cobijo

Nada de eso sucede en Albania, donde el Alto Comisionado para los Refugiados (ACNUR, la agencia de la ONU) ha brillado por su incompetencia. Tras el relevo de sus mandos, ahora tiene prisa por demostrar que existe. Proyecta una operación cash for shelter, entregar dinero a las familias a cambio del cobijo que ofrecen. Argumenta que es el método "más rápido" de apoyarlas. Pero no es seguro que sea así. Porque al carecerse de registros -tardarán meses en estar listos-, la ayuda se puede desviar de su objetivo, suscitar discriminaciones, generar más fenómenos de corrupción de los inevitables en estos casos, y acabar constituyéndose en "la prueba definitiva" que busca la levantisca oposición para derribar a un Gobierno serio pero débil -el de Pandeli Majko-, que carece de estadísticas, apenas controla el orden público y se recupera muy lentamente sobre las cenizas de la crisis económica de las pirámides que condujo en 1997 al país a la anarquía y el bandidismo.

"En la emergencia nunca hay soluciones perfectas", reconoce Steffan Di Mistura, el enviado especial de Kofi Annan para apagar los fuegos de los desastres anteriores de ACNUR, "pero algo debemos hacer ya para las familias". Los europeos comparten el diagnóstico, pero discrepan de la receta. Optan por impulsar otro tipo de apoyos, como paquetes de productos higiénicos o alimentarios

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