Pollo, porcino y ovino no logran superar la crisis de precios

Los sectores productores de carne más importantes como porcino y la avicultura de carne, así como el ovino, no acaban de superar la crisis de precios en la que se hallan envueltos durante los últimos meses. Los productores se han quejado a la Administración de que se hallan produciendo estas carnes por debajo o en el límite de los costes y que esta situación está suponiendo graves pérdidas para los ganaderos, sin que se hayan adoptado medidas para paliar sus efectos en la prácticaLa crisis más larga sería la del sector porcino que se inició el pasado mes de julio y donde el mercado, tras numerosas oscilaciones en este periodo, se mantiene solamente en el entorno de las 130/135 pesetas por kilo vivo, lo que supone cubrir solamente los costes de producción, según estiman los propios productores.

Las medidas aplicadas tanto por España como por la Unión Europea (UE) no han funcionado como se esperaba y su aplicación, fundamentalmente en el apartado de las exportaciones, ha sido demasiado lenta.

En ovino, los productores señalan tener en este momento precios similares a los que había hace 15 años. Se paga por un animal vivo de 20 kilos en origen unas 6.000 pesetas que no cubren los gastos que se han originado para llevarlo hasta ese peso.

Crisis del Este

Para los ganaderos, uno de los principales problemas del sector ha sido el recorte de las exportaciones de carne, así como el haberse cerrado prácticamente el mercado de lana y pieles en los países del Este, que eran los principales compradores para su transformación.

Frente a unos precios de 3.000 pesetas por piel y lana que se han llegado a pagar, en este momento su valor no llega a las 800 pesetas. Los ganaderos reclaman el adelanto en el pago de las primas, campañas de promoción, subir el precio base en Bruselas y reducciones fiscales.

Finalmente, en el caso del pollo, con unos costes de producción de unas 115 pesetas, los precios se han mantenido en los últimos meses en el entorno de las 100 pesetas. En algunos momentos incluso se ha llegado a las 80 pesetas, cifras que han arrojado graves pérdidas para el sector.

Los avicultores esperan subir estos precios al menos para salir de los números rojos con vistas al verano, estación en la que esta carne se consume mucho más. Están de acuerdo en seguir siendo la carne más barata del mercado, pero sin que ello les lleve a la ruina en medio del silencio oficial solamente preocupado por la tasa de inflación.