Navegación por satélite, comunicaciones y cohetes concentran el esfuerzo espacial europeo
España participará en todos los programas científicos y tecnológicos aprobados en Bruselas
La tecnología avanzada en telecomunicaciones, el nuevo sistema europeo de navegación por satélite (Galileo), los cohetes y los equipos de observación de la Tierra, todo ello con una marcada orientación industrial, concentrarán el esfuerzo de Europa en el sector espacial en los primeros años del siglo XXI, según la estrategia aprobada en la reunión de nivel ministerial de la Agencia Europea del Espacio (ESA), que concluyó ayer en Bruselas. En cuanto al programa estrictamente científico de la agencia, se llevarán adelante todas las misiones previstas. Ha recibido luz verde oficial la de Marte.
España participará, con porcentajes de financiación diferentes, en los 12 programas del Plan a Largo Plazo 1999-2006, ayer aprobados. Tras dos días de intensas negociaciones entre los 14 países miembros de la ESA, los ministros y delegados aprobaron además nuevas líneas de actuación en la gestión de la agencia para hacer más eficaz su actuación e implicar más estrechamente a las industrias en el desarrollo de los proyectos.A unos 3.000 millones de euros (500.000 millones de pesetas) ascendía la suma total propuesta por el director general de la ESA, Antonio Rodotá, para hacer frente al Plan a Largo Plazo. Casi todos los programas se cubrieron al 100% con los compromisos financieros voluntarios de los países para cada uno de ellos. Sólo el área de Observación de la Tierra, la de nuevos cohetes y la investigación en microgravedad en la Estación Espacial Internacional quedaron ligeramente por debajo de las previsiones.
Un programa estrella, aireado y apoyado por los delegados, es el Galileo, un sistema de navegación y orientación por satélite que se desarrollará en estrecha cooperación con la Unión Europea y para el que ayer se aprobó la financiación de su primera fase de desarrollo.
Acuerdo
Grandes discrepancias de partida había entre los ministros en la reunión acerca de la financiación del programa científico de la ESA, cuyos presupuestos estancados en los últimos años habían significado una peligrosa reducción de fondos. Ayer, finalmente, se logró un acuerdo por el que se adjudican 1.461 millones de euros (243.000 millones de pesetas) para 1999-2002 en lugar de los 1.850 para 1999-2003 que la agencia había propuesto, incluida la misión Mars Express a Marte para 2003. A esta partida del programa científico se suman 649,3 millones de euros en el mismo periodo para completar el presupuesto general de la ESA."Las decisiones tomadas aquí en Bruselas establecen la dirección para la ESA para los próximos cinco años y más allá", declaró Rodotá al concluir la conferencia. Los ministros "han mostrado su determinación de mantener una industria espacial europea de primera clase a nivel mundial en sectores estratégicos elegidos y continuar su apoyo a la reconocida comunidad científica europea", comentó.
En cuanto a España, representada sólo el primer día de la reunión por el ministro Josep Piqué, suscribió ayer su participación con un 11% en el programa Galileo; con un 7% en los programas de tecnología de telecomunicaciones; un 2% en la Estación Espacial Internacional e igual porcentaje en los programas de observación de la Tierra. En el desarrollo del cohete Ariane 5 tendrá un 4,5%; un 3,6% en el desarrollo de los pequeños cohetes Vega y porcentajes menores en el resto de los programas. La suma de la contribución obligatoria de España a la ESA y los programas voluntarios suscritos suman 97.000 millones para 2000-2004.
En cuanto a las líneas estratégicas generales aprobadas en la conferencia, el delegado español Vicente Gómez destacó muy satisfecho: "Hemos conseguido dar la vuelta a la decisión tomada en 1997 sobre política industrial en la que no se garantizaban los justos retornos de las inversiones y a la que España se oponía. Esta resolución ha sido borrada del mapa". Ahora se establecerá un complejo sistema de contabilización de los retornos (en forma de contratos industriales para cada país en función de sus contribuciones a la ESA), "pero se garantiza el justo retorno".
En su opinión, la conferencia de Bruselas supone "un cambio clave de funcionamiento en la ESA; la industria va a empezar a notarlo, incluso se va a intentar en los próximos años que las empresas participen mucho más activamente en la cofinanciación de la ESA y en la definición de los programas y que compartan riesgos".
Buenos propósitos
Además de los 12 programas del Plan a Largo Plazo, la conferencia ministerial ha aprobado una resolución de propósitos generales que, bajo el título Dar forma al futuro de Europa en el espacio, resalta la necesidad de que la ESA intensifique las actividades de I+D orientadas a mejorar la competitividad industrial, el crecimiento económico y el empleo.Se especifica el objetivo de asegurar las oportunidades de mercado en los sectores industriales, destacando las telecomunicaciones, los lanzadores comerciales, los sistemas de observación de la tierra y de navegación por satélite. El documento establece que debe definirse una estrategia global de cooperación de la ESA con la UE intensificando las relaciones actuales y en contacto con la industria del sector.
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