Aznar demanda un debate urgente sobre sanidad y pensiones y pide moderación salarial

Existe "un riesgo de desencanto" tras la euforia inicial del euro, un ciclo económico a la baja y un conflicto bélico (Yugoslavia) muy cercano. Este panorama es el que ayer dibujó el presidente del Gobierno, José María Aznar, para quien la respuesta está en abordar "amplias" reformas estructurales, con propuestas de un grupo de expertos por encargo del presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi. Aznar recordó el compromiso de eliminar el déficit público y abogó por abrir un debate urgente sobre sanidad y pensiones. Hay que conseguir el pleno empleo, añadió, lo que exige "moderación salarial".

Después del euro ¿qué? A esta pregunta intentaron ayer responder los participantes en un encuentro sobre la moneda única, organizado en Madrid por la Asociación para la Unión Monetaria Europea. Entre ellos, el presidente del Gobierno español, José María Aznar, que situó en las reformas estructurales, en el superávit presupuestario y en el pleno empleo los objetivos a conseguir.Es la música que suena desde enero pasado en los informes del Banco Central Europeo (BCE) y en diversos foros económicos, pero sin que hasta ahora casi nadie le haya puesto la letra. Aznar dio ayer algunas pinceladas, pero dejó la iniciativa al presidente de la Comisión Europea, Romano Prodi, para que encargue a un grupo de expertos "de alto nivel" la elaboración de un informe "sobre empleo y reformas económicas" a presentar durante la presidencia portuguesa, el primer semestre del 2000.

Eliminar el déficit

Paralelamente, se debe abrir un debate "ahora mismo" sobre sanidad y pensiones, dijo el presidente Aznar. Ayer tuvo la oportunidad de iniciarlo él mismo, pero se limitó a advertir sobre lo ya sabido: "Dentro de poco tiempo, un 20% de los cerca de 300 millones de habitantes del área euro tendrá más de 65 años (...) Es un gran avance social, pero no podemos desconocer los retos que nos planteará para la financiación de nuestros sistemas de salud y pensiones".El presidente del Gobierno echó también mano del manual BCE para recordar que "estamos lejos de lograr" el objetivo de alcanzar el superávit presupuestario establecido en el Pacto de Estabilidad para los países del euro. Las "voces que reclaman" utilizar la política presupuestaria para dar oxígeno a las economías del euro, en fase de agotamiento, no han de ser oídas. "Es nuestra responsabilidad", dijo Aznar, "proseguir, sin pausas ni interrupciones, el proceso de consolidación fiscal".

Aznar dijo haber recibido "con sorpresa y algo de envidia", los últimos datos sobre el extraordinario crecimiento de la economía estadounidense. Pero no hay que llamarse a engaños, porque esto, aseguró, "no es el resultado de políticas expansivas" de tipo fiscal o monetario. Más bien al contrario, lo que hay que hacer en Europa es abordar "un profundo y ambicioso programa de reformas económicas" en los mercados de bienes, capitales y trabajo.

El objetivo final es el pleno empleo, aseguró el presidente del Gobierno, "porque en Europa hemos sido capaces de alcanzar la estabilidad de precios, pero nuestra tasa de desempleo sigue estancada en el 10%". España está entre los países del euro con mayor inflación y es el que tiene la tasa de paro más elevada.

Las líneas de reforma económica planteadas ayer por Aznar son las siguientes:

Mercados de bienes y servicios. Culminar el mercado único y hacer que los mercados de electricidad, gas, correo y ferrocarril sean "verdaderamente abiertos". Mejorar el acceso a los mercados de capitales y reducir "drásticamente" las ayudas públicas y la competencia fiscal desleal. Mercado de trabajo. Combinar "flexibilidad y seguridad", aunque no "armonizar" normas sociales, y desarrollo de políticas activas. La moderación salarial es "un imperativo de solidaridad con los excluidos del mercado de trabajo". Sin embargo, el Banco de España, en su último informe de coyuntura, resalta que este año se está produciendo "un moderado recorte" en el crecimiento de los salarios.

Apertura económica. El euro debe jugar el papel que le corresponde en los centros de decisión internacionales, con la perspectiva de "no cerrarnos ni aislarnos del resto del mundo".

"Sin prisas ni sobresaltos", la Unión Europea debe abordar también el debate sobre su modelo fiscal, dijo el presidente del Gobierno. Un esquema federal o confederal "no nos sirve como referencia", pero esto "no es excusa para plantearse posibles líneas de avance".

Aznar añadió que "la integración monetaria nos obligará también a plantearnos la reforma de nuestros sistemas fiscales" y actuar contra "la competencia fiscal perjudicial". Sin embargo, descartó por "no necesaria" una armonización de la imposición directa (impuesto sobre la renta, en concreto sobre las rentas del capital, e impuesto de sociedades) que consista en la fijación de tipos uniformes en toda la Unión Europea.