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PREMIOS ORTEGA Y GASSET DE PERIODISMO 1999

Polanco contrapone el periodismo al "amarillismo"

Una nutrida representación del mundo político, cultural y periodístico arropó la entrega de los premios de EL PAÍS

Jesús de Polanco, presidente del Grupo PRISA, resaltó ayer los atributos del mejor periodismo: dotes de observación, capacidad de análisis, tenacidad, independencia de criterio, fuerza expresiva y talento para contarlo, como denominador común del estilo de trabajos que han obtenido los Premios Ortega y Gasset 1999, entregados anoche en un acto celebrado en presencia de una nutrida representación del mundo político, cultural y periodístico. Polanco contrapuso esos valores a "las amenazas que para la sociedad y para el periodismo supone el amarillismo". Este peligro fue subrayado por el académico Francisco Ayala , quien, a sus 93 años, pronunció una "ligera admonición" sobre el desarrollo del periodismo y la responsabilidad exigible a quienes lo ejercen.

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Jesús de Polanco destacó la trayectoria de 16 años recorrida por unos premios creados por EL PAÍS, que comenzaron con un trabajo sobre la guerra de las Malvinas, publicado en el diario argentino Clarín. Destacó la voluntad de mantenerlos como "notarios de su época", así como la ampliación del número de sus categorías y la modificación de la composición de los jurados, a los que agradeció su tarea. La escritora Rosa Regás, que formó parte de los jurados de este año, presentó los méritos de los galardonados, que han ganado entre los más de 250 trabajos presentados.Polanco glosó también los valores de cada uno de los premiados. Así, dijo que el de Mario Vargas Llosa -que recogió su hija Morgana, ante la imposibilidad de asistir del escritor-, ha permitido reflexionar sobre "el amarillismo y la falta de escrúpulos en el ejercicio de informar, y sobre la responsabilidad de todos en la propagación de tales prácticas que arrasan cuanto tocan, y degradan a quienes las ejercen y amparan".

Con el premio de fotografía "hemos conocido de cerca el testimonio desgarrador del sufrimiento humano", en una imagen que "adquiere en si misma la categoría de obra de arte, y que nos anticipaba el dolor y la tragedia de las gentes de Kosovo". Este galardón fue entregado a Enric Martí, de la agencia Associated Press, el autor de la foto premiada Funeral en Kosovo, quien destacó la necesidad de lograr que por muchas fotos e imágenes que salgan de los refugiados, no se pierda de vista la tragedia humana que hay detrás de ellas.

Miguel Frau Rovira, de la agencia Efe, recogió su premio al mejor trabajo de investigación o reportaje por su artículo Yo vi a Pol Pot muerto. De él dijo Polanco que "hemos asistido a una suerte de inverosímil recreación de un relato de Conrad en la figura del periodista de agencia que, en un remoto rincón de la selva en el sudeste de Asia, va al encuentro del cadáver de un genocida".

Y el galardón al mejor trabajo individual o en equipo fue recogido por sus ganadores, Xavier Vidal-Folch y Walter Oppenheimer, delegados de EL PAÍS en Bruselas, quienes lo dedicaron a los compañeros que hacen posible su tarea. De este premio dijo Polanco que "hemos sido sujetos activos de la historia" de la mano de los periodistas que han sabido explicar y "hacernos partícipes a todos" del nacimiento del euro y de la realidad de Europa.

El presidente de honor de EL PAÍS, José Ortega; Juan Luis Cebrián, consejero delegado de PRISA, y Jesús Ceberio, director de este periódico, acompañaron a Polanco en la entrega de los premios. Posteriormente, Francisco Ayala cerró el acto con las palabras que se reproducen a continuación.

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