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Una buena relación comercial pendiente de Pinochet

Gobierno, patronal y cámaras tratan de demostrar que de momento Chile no castiga a las empresas españolasl

Economía y política, de momento, caminan por sendas distintas. Las relaciones comerciales entre la economía chilena y la española, según muestran los datos del pasado trimestre, han permanecido ajenas a los avatares surgidos por el proceso judicial abierto al expresidente chileno Augusto Pinochet en el que está directamente implicada España. Tanto la Administración española como la patronal CEOE y las cámaras de comercio tratan de demostrar con cifras que la política y los negocios viven de espaldas. Forma parte de la diplomanacia.Sin embargo, el marcaje que está sufriendo Endesa en su intento de controlar Endesa Chile y los que sufrió para hacerse fuerte en Enersis, los problemas que está encontrando Telefónica en el intento de supresión de monopolio en la telefonía básica con su filial Compañía Chilena de Telecomunicaciones (CTC), atestiguan que las empresas españolas comienzan a tener problemas jurídicos y operativos en este mercado.

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El presidente de Endesa, Rodolfo Martín Villa, llegó a decir públicamente que "Endesa sufre una persecución en Chile" tras conocer la decisión chilena de paralizar la compra de Endesa Chile. Y por si fuera poco, el fiscal del Estado para Asuntos Económicos, Rodrigo Asenjo, que se ha convertido en la amenaza de esos intereses españoles, acaba de anunciar que no descarta iniciar acciones para impedir la concentración de poder en sectores como el eléctrico, telefónico y bancario.

Precisamente en este sector ayer se firmó la compra por parte del Banco Santander Central Hispano (BSCH) del 50% del grupo O"Higgins al grupo chileno Luksic por 600 millones de dólares (unos 93.700 millones de pesetas). El BSCH pasa a tener el 30% del mercado bancario de Chile, lo que puede provocar problemas con la autoridad antimonopolio.

Tampoco el sector de las grandes constructoras permanece ajeno a estos problemas de vigilancia estricta, aunque las empresas no quieren salirse del carril de las buenas maneras.

Exportaciones a la baja

Las exportaciones españolas a Chile se situaron en el pasado año 1998 en los 86.919 millones, lo que supone un descenso del 11,8% respecto a las cifras de 1997. El descenso en las compras a España es el reflejo de la desaceleración del comercio exterior que se extendió a todos los países de esa zona como consecuencia de la crisis financiera y comercial que se gestó en el sureste asiático y que tuvo Latinoamérica como una de las zonas más damnificadas. De hecho, la evolución del comercio bilateral comenzó a ceder en el mes de junio de 1998, cuatro meses antes de la detención de Pinochet. La economía chilena tenía una fuerte dependencia de los países del sureste asiático, ya que allí se dirigen el 25% de sus exportaciones.El retroceso de las ventas españolas a Chile es similar al registrado con las economías brasileña y argentina. España importó de Chile en 1998 bienes por valor de 64.937, con una caída del 1,47%. Todos los grandes proveedores de Chile han conocido el descenso en sus ventas en los últimos meses y todos han reconocido que la crisis del comercio exterior se ha cebado con Latinoamérica. Con todo, Chile sigue siendo el cuarto comprador a España de Latinoamérica, detrás de Argentina, Brasil y México. Por su parte, España es el tercer proveedor europeo del mercado, detrás de Francia e Italia. Pero si las cifras de intercambios comerciales son importantes donde realmente toma fuerza el mercado de Chile es como foco de las inversiones extranjeras de las empresas españolas.

La empresas españolas invirtieron el año pasado por un total de 223.871 millones de pesetas, lo que supone un aumento del 188% sobre el año anterior. Estas cifras le convierten en el primer país inversor en el mercado chileno, por delante de potencias como EEUU y Canadá.

Chile se ha convertido, debido sobre todo a la decisión de Endesa de comprar Enersis, en el tercer foco de la inversión española en el continente latinoamericano, detrás de Brasil y Argentina. Pero no sólo fue Endesa, sino los bancos, el sector agroalimentario, las grandes constructoras y los servicios, los que decidieron invertir en Chile, como nuevo filón de la inversión exterior de la empresa española.

Tanto fuentes de Comercio como de la CEOE resaltan que estas inversiones se han producido en base a su calendario y han permanecido al margen del proceso contra Pinochet. De hecho, en el último trimestre del año 1998, en pleno debate del conflicto por Pinochet, se cristalizó una buena parte de estas inversiones. El Instituto de Crédito Oficial (ICO), como agencia financiera del Gobierno, ha informado que Chile fue el destino del 50% de las inversiones de 1998 recogidas en su programa Proinvex, que canalizó un total de 63.123 millones de pesetas. El intento de que los roces políticos no sean sean un hándicap en el terreno económico se aborda desde ambos lados del Atlántico. El presidente de la Cámara de Comercio de Chile, Ángel de la Rubla, señalaba el pasado mes de abril que "no existe ningún malestar en el Gobierno chileno por el proceso a Pinochet" y añadía que "las relaciones comerciales van a continuar como hasta ahora".

Para el director español del Comité Hispano Chileno, Fernando Puerto, la política no ha incidido apenas en las relaciones comerciales. Según Puerto, los problemas políticos se han centrado en algunas empresas muy concretas de sectores como el militar, de escasa importancia económica. A su juicio, los problemas que pueden tener algunas empresas hay que centrarlos en el terreno económico y dentro de la competencia internacional de las empresas que pugnan por ganar mercados, pero en ningún momento se puede hablar de "impedimentos políticos, al menos por ahora".

Interés constante

Fuentes de la Secretaría de Comercio, Turismo y Pymes se han alineado con esta tesis y han resaltado que las empresas españolas invirtieron en 1998 un total de 233.871 millones de pesetas. Esta cifra, con ser inferior a la de 1997 (277.230 millones), denota un interés notable por la economía chilena. Para la Secretaría de Estado, nada hace pensar que las autoridades de Chile van a entorpecer las inversiones españolas en territorio chileno. De hecho, el amplio programa de jornadas, seminarios y otros actos informativos que se han organizado en los últimos meses para dar a conocer las excelencias del mercado chileno para dirigir allí las inversiones españolas no ha bajado en intensidad.José María Lacasa, director de Relaciones Internacionales de la CEOE, señaló ayer que las empresas españolas que han decidido invertir en Chile lo han hecho con un criterio de permanencia de medio y largo plazo y con el convencimiento de que el modelo de economía chileno seguirá adelante. Para Lacasa, tan sólo en los momento más críticos del proceso seguido contra Pinochet se produjeron algunos inconvenientes para empresas españolas que posteriormente han quedado subsanados. "Nosotros nos reunimos de forma periódica con las empresas españolas que invierten en aquel mercado y otros de Latinoamérica y no nos han expuesto que tengan probemas ni con los políticos ni con los órganos de control", recalca.

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