Las ONG reclaman al Gobierno los 8.000 millones prometidos para ayuda humanitaria

Varias organizaciones no gubernamentales (ONG) pidieron ayer que se materialice la promesa del Gobierno de dedicar 8.000 millones de pesetas a paliar la catástrofe humana provocada por el conflicto de Kosovo. Hasta ahora, la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) ha destinado 604 millones a ayuda urgente en Macedonia y Albania, mientras que Asuntos Sociales ha comprometido 500 millones para la acogida de albanokosovares en España. El Rey reunió ayer al Gobierno y a las ONG y les instó a no "escatimar esfuerzos" en el apoyo a los desplazados por la guerra.

En un gesto sin precedentes, el Rey convocó en la sede de Cruz Roja en Madrid a los miembros de la comisión interministerial creada para coordinar la ayuda humanitaria a Kosovo, bajo la dirección del vicepresidente Francisco Álvarez Cascos, y a los representantes de las ONG que trabajan con los refugiados. A los miembros del Gobierno, con los que se reunió en primer lugar, les recordó su responsabilidad de "dirigir y canalizar las iniciativas y los medios necesarios para paliar, en la medida de lo posible, esta tragedia". A las ONG, que se sumaron luego a la reunión, les instó a coordinarse para "ganar tiempo al tiempo" y atender no sólo "la inmediatez de situaciones de vulnerabilidad, urgencias sanitarias y desprotección", sino también a "anticiparse a lo que debe ser el camino de retorno de los refugiados".

Las ONG agradecieron al Rey su decisión de abanderar la campaña de solidaridad. Especialmente, por el efecto que puede tener sobre la sociedad española que, según admiten, no se ha movilizado en esta ocasión como lo hizo ante catástrofes naturales, como el huracán Mitch. También confían en que sirva de estímulo al Gobierno, para que se materialice la promesa formulada el 5 de abril por el presidente José María Aznar de destinar 8.000 millones a Kosovo.

"No pedimos más recursos, sino recursos, ya que hasta ahora no hemos visto ninguno", dijo el ex Defensor del Pueblo y presidente de la Fundación CEAR (Comisión Española de Ayuda a los Refugiados), Álvaro Gil-Robles. "No hemos recibido un duro para financiar los programas que tenemos en Montenegro, Albania y Macedonia", agregó Francisca Sauquillo, presidenta del Movimiento por la Paz, el Desarme y la Libertad (MPDL).

Hasta ahora, las únicas ONG que han logrado financiación oficial son Cruz Roja, para distribuir productos de primera necesidad en Albania y Macedonia por valor de 100 millones, y Cáritas Española, que recibirá otros 100 millones para un campo de acogida en Shkodra (Albania).

La Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI) ha entregado, además, 125 millones al Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas y 200 a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), lo que, con otras partidas menores, totaliza 604 millones.

Según su secretario general, Luis Espinosa, la AECI gastará hasta 1.100 millones en la crisis de Kosovo, mientras que el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales ha comprometido 500 para la acogida en España de albanokosovares, de los que 102 llegaron el domingo y otro centenar lo hará en los próximos días.

La diferencia entre esta cifra y los 8.000 millones anunciados constituye una incógnita, pues el Gobierno no ha presentado hasta ahora un plan integral de ayuda. Las ONG temen que el destacamento enviado a Albania para levantar un campo de refugiados, cuyo coste se desconoce, se compute en esta partida y consuma la mayor parte de los recursos.

No obstante, para los presidentes de Cruz Roja, Juan Manuel Suárez del Toro, y Cáritas, José Sánchez Faba, no importa tanto que el Gobierno se retrase en liberar los fondos, sino que la financiación se mantenga cuando la tragedia desaparezca de las primeras planas de los periódicos. "La opinión pública española", advirtió Gil-Robles, "no ha percibido todavía la magnitud del problema al que nos enfrentamos".

Por su parte, el candidato socialista a La Moncloa, José Borrell, acusó ayer al Gobierno de utilizar "el dolor humano" de los primeros albanokosovares llegados a España para "montar una escena de márketing político".