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Los jóvenes autores de la matanza de Denver planearon su ataque durante un año

Un extenso diario redactado por los agresores revela los detalles de la operación suicida

La matanza del instituto Columbine de Littleton, en Denver, fue planeada al milímetro durante un año por los dos chavales que la perpetraron el pasado martes. Así lo afirmó ayer el sheriff del condado John Stone, tras descubrirse un extenso diario con los detalles de la operación. El objetivo: "ir a por la gran matanza", quemar el instituto y luego suicidarse. Littleton amaneció ayer bajo el aguanieve, con decenas de mensajes brillando en los inmensos carteles luminosos de sus cientos de concesionarios de coches y centros comerciales: "Rogad una oración por los niños."

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El sheriff del condado, John Stone, explicó que en el hogar de uno de los sospechosos (sin especificar cuál de los dos) se ha encontrado un diario con toda la trama perfectamente estudiada. Según explicó, desde hacía un año, Eric Harris y Dylan Klebold -los estudiantes de Columbine que mataron a tiros a 12 compañeros y un profesor y luego se suicidaron- venían analizando el plano del instituto y la iluminación de las distintas habitaciones, los sitios donde habría más gente y a qué hora (en la cafetería, a la hora del almuerzo); incluso habían establecido un lenguaje de signos para comunicarse durante la operación. Los jóvenes habían detallado la masacre casi minuto por minuto, hasta llegar a "la hora del rock and roll". En el diario también se puede leer: "Queremos ser diferentes, queremos ser raros, y no queremos que ni los atletas ni nadie nos desprecie. Vamos a castigaros." Esta amenaza encaja con el sentimiento de una pandilla del instituto Columbine conocida como la Mafia de la gabardina a la que pertenecían Harris y Klebold. Sus miembros, que van vestidos con gabardinas de color negro tanto en invierno como en verano, han estado explicando estos días, a los medios de comunicación concentrados en Denver, cómo se sienten marginados por un sistema escolar que fomenta la lucha por la popularidad, dividiendo a los niños en verdaderas bandas de ganadores, perdedores, atletas, patinadores, modernos o pobres.

El cumpleaños de Hitler

A través del contenido del diario, también se ha confirmado que la idea de Harris y Klebold era ejecutar su infernal operación coincidiendo con el día del cumpleaños de Adolfo Hitler, el 20 de abril. El diario estaba escrito a mano, en parte en alemán y con referencias a páginas nazis de Internet. Junto a él se encontró el cañón de una de las escopetas usadas en la masacre que había sido recortado y material para fabricar bombas. Este descubrimiento no tiene nada que ver con una nota de suicidio que la policía recibió por correo electrónico el sábado, en la que se amenazaba con que hoy correría más sangre en Littleton. Pronto se descubrió que era una falsa alarma.

El sheriff y el fiscal sugieren ahora que podría presentarse una acusación formal contra los padres de los sospechosos por no haber advertido o haber ignorado lo que estaba ocurriendo en las habitaciones de sus chavales. "Los padres deberían responder de los actos de sus niños", dijo Stone.

Desde el pasado martes, los padres de Harris y Klebold sólo se han dejado oír a través de sendos comunicados expresando sus disculpas por lo ocurrido. La familia de Dylan Klebold enterró ayer al joven, y en una nota comunica: "Nuestra pena y dolor por su muerte y por esta tragedia son indescriptibles." La mayoría de la gente en Littleton considera que Harris y Klebold, en el fondo, también son víctimas, y sus amigos lloran su muerte junto a los restos de los otros compañeros.

El presidente Bill Clinton, en su discurso semanal por radio a la nación, dijo que va a negociar con el Congreso una asignación de 12 millones de dólares para invertir en equipos de emergencia que puedan "reaccionar cuando ocurra una tragedia". El diario local Denver Post contaba ayer cómo uno de sus reporteros, tras realizar un par de llamadas, pudo concertar en dos horas una cita en el aparcamiento de un centro comercial para comprar una pistola semiautomática. Su intermediario fue una joven de 17 años.

Mientras, la policía sigue interrogando a los alumnos de Columbine y buscando un posible cómplice. Varios estudiantes han asegurado en declaraciones al sheriff o a la prensa, que están seguros de que el martes, en el instituto, además de Harris y Klebold, había un tercer asaltante disparando.

María Eugenia Martín, la joven de Cádiz que estudiaba en el instituto Columbine y sobrevivió a la matanza del martes, ha decidido no hacer más declaraciones a la prensa y, al parecer, se arrepiente de haber mencionado en anteriores entrevistas la presencia de un tercer asaltante en el ataque.

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