_
_
_
_

Un estudio revela que casi la mitad de los jóvenes de Cádiz de entre 14 y 18 años se alimenta mal Las conductas anómalas son el ayuno, el vómito voluntario y el consumo de laxantes

Más altos pero también mal alimentados. Si los hábitos alimentarios no cambian, los jóvenes gaditanos responderán ampliamente a este arquetipo en los inicios del próximo siglo. El incremento de la estatura viene amparado por el paraguas de las comprobaciones científicas ya realizadas. La segunda parte de este vaticinio encuentra su constatación en un estudio de la Universidad de Cádiz que revela que casi la mitad de los adolescentes sanos de entre 14 y 18 años residentes en la capital gaditana sufre algún tipo de trastornos en su alimentación.

Más información
El riesgo del deporte

"La conducta alimentaria deja mucho que desear en buena parte de esta franja de la población", precisa Amelia Rodríguez Martín, quien junto a los profesores Miguel Angel Ruiz Jiménez y José Manuel Martínez Nieto, lleva investigando más de 10 años los problemas de salud en los adolescentes al frente del grupo de investigación de Epidemiología Pediátrica de la Escuela de Ciencias de la Salud de la UCA. Las cifras dan un perfil claro de la situación: el 46% de los adolescentes estudiados tiene una cultura alimentaria anómala que se traduce fundamentalmente en severas dietas de adelgazamiento o la ingestión compulsiva de alimentos. En el primero de los casos son diversos y variados los trastornos parciales localizados. 26 de cada 100 adolescentes pasan largos periodos de tiempo en ayuno; la provocación del vómito afecta a un 9% y hasta un 13% acude con frecuencia al consumo de laxantes o diuréticos. La supresión de algunas comidas y la eliminación indiscriminada de su alimentación de grasas, aceites, pan y cereales son otras de las prácticas habituales que marca la alimentación de los jóvenes gaditanos. "Son chicos y chicas que aparentemente están sanos y que no responden al diagnóstico grave de la anorexia y bulimia, pero que atienden a unos síndromes que pueden, con el tiempo, desembocar en situaciones graves", explica Rodríguez, que añade que las causas de esta mala alimentación de los adolescentes no hay que buscarla en los conocimientos que éstos tengan sobre la alimentación y nutrición que son adecuados. "El problema no es tanto de información sino de educación sanitaria", dice. Así las cosas, los tres profesores del grupo de investigación de Epidemiología Pediátrica lamentan que estos procesos de origen psíquico hayan adquirido gran resonancia social tanto por su gravedad, como por la creciente incidencia y aparición a edades cada vez más tempranas. "El desagrado ante la imagen corporal tiene la culpa", según los investigadores, quienes detallan que ello provoca un "miedo absurdo" a engordar. Es aquí donde se localizan las diferencias por sexo y la mujer adquiere un riesgo dos veces superior al hombre de seguir una conducta alimentaria anómala. La pregunta acerca de las secuelas aparece enseguida en este debate. El efecto dominó comienza en estas conductas anómalas que pueden derivar en trastornos parciales y que, a su vez, pueden conducir a graves riesgos de salud si no se les frena a tiempo. Incidencia Aunque se trata de un estudio que se limita a la ciudad de Cádiz y que la extrapolación autonómico o nacional es complicada, este grupo de investigación de la Escuela de Salud alerta sobre el perfil similar de todos los jóvenes en los estudios específicos en enfermos de anorexia y bulimia nerviosas. "La incidencia de estas enfermedades podría verse incrementada dadas las elevadas cifras de trastornos parciales que pudieran derivar en patologías mayores", subraya el estudio. Ante esta situación, el cambio de actitud y conducta alimentaria de estos adolescentes se antoja necesario. Así lo entienden estos especialistas en problemas de salud en adolescentes, quienes abogan por una actuación pluridisciplinar que favorezca un cambio social en los hábitos de alimentación y amortigüe este problema, que tiene "un índice de crecimiento sin límites".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_