Los bombardeos de la OTAN modifican las rutas de tráfico de drogas y de petróleo en los Balcanes

Los bombardeos de la OTAN han modificado la ruta de la droga en los Balcanes. El antiguo camino balcánico, que atravesaba Bulgaria, Grecia y Rumania, vuelve a estar en funcionamiento, según ha constatado el jefe del Servicio Búlgaro de Lucha contra el Crimen Organizado, Kiril Radev. Bordeando Yugoslavia, el tráfico de heroína "pasa de nuevo por Grecia hacia Italia, y vía Bulgaria y Rumania hasta los países escandinavos", precisa Radev.

Por otra parte, la cocaína que procede de Colombia y Venezuela, y que evitaba desde hace algún tiempo atravesar Bulgaria, vuelve a pasar ahora por el país. Desde Rotterdam (Países Bajos) y por el Pireo (Grecia), la droga llega al puerto búlgaro de Varna, explica Radev, para quien este país está pasando de ser un Estado de tránsito en las rutas de las drogas a convertirse en eje fundamental del camino de estas substancias hacia Europa.

Mercado negro

A diferencia de lo que sucedió en 1991 y 1992, cuando el embargo a Yugoslavia enriqueció considerablemente a un buen número de traficantes de petróleo, el mercado negro es en la actualidad "insignificante", cuenta el portavoz de la aduana búlgara, Ivan Koutevski. Desde el inicio de los ataques aéreos de la OTAN, los serbios han rechazado las entregas de petróleo procedentes de Bulgaria por temor a que las cisternas se convirtieran en objetivos para los aviones de la Alianza, según explican los transportistas búlgaros. "Siempre podemos llevar la gasolina en camiones ordinarios, pero teniendo en cuenta las grandes propinas necesarias para los aduaneros y los patrulleros, el asunto no merece la pena", aseguran. Los encargos en Neftochim, la principal refinería búlgara, no se han modificado desde el inicio de los ataques. Se deduce que los grupos de grandes traficantes tampoco están interesados en este mercado.

En cuanto a los habitantes de la región fronteriza, que revenden a doble precio en Yugoslavia cigarrillos y productos alimenticios de primera necesidad, parecen también descorazonados por las draconianas medidas aplicadas por los serbios contra el mercado negro, así como por el riesgo de encontrarse bajo los bombardeos. Queda la principal vía de paso: el Danubio, ya que los cargueros que transitan por la zona escapan a los controles rutinarios de los aduaneros búlgaros y de sus vecinos rumanos.

Como ejemplo, las autoridades denunciaron el viernes pasado que un petrolero con pabellón ucranio había abandonado en la noche del jueves al viernes su convoy, que navegaba en la zona internacional del río, para descargar clandestinamente una cantidad no precisada de petróleo en las cercanías de Rousé, el principal puerto fluvial de Bulgaria en el Danubio.

Los aduaneros búlgaros piden mayores poderes sobre el control de las mercancías si se confirma un embargo de productos petroleros y derivados contra Yugoslavia. Esto requiere, sin embargo, un cambio en la convención de Belgrado sobre navegación en el Danubio.