¿Qué consiguió Chernomirdin?

El emisario del Kremlin para Kosovo, el ex primer ministro Víktor Chernomirdin, mantuvo durante catorce horas desconcertadas a las cancillerías occidentales tras anunciar el jueves por la noche que había alcanzado un acuerdo con el presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, que abría un resquicio para una solución negociada a la crisis. Manifestaciones, matizaciones, desmentidos y contramanifestaciones se sucedieron durante horas sin que nadie supiera a ciencia cierta a qué atenerse. Al filo de las 22.00 horas del jueves, la agencia Itar-Tass informó en Moscú que Chernomirdin había declarado en Belgrado que Milosevic estaba dispuesto a aceptar "fuerzas internacionales bajo bandera de la ONU" en Kosovo. "Qué clase de fuerzas internacionales sean o de qué países es algo que aún hay que discutir. Pero lo principal es que Rusia participe en ellas", dijo Chernomirdin.

Pasada la medianoche, Tass rectificó para decir que la expresión "fuerzas internacionales" debía ser sustituida por la expresión "organizaciones internacionales".

Ayer, a primera hora de la mañana, la agencia Interfax inquirió a Chernomirdin sobre las "fuerzas internacionales" y el emisario respondió: "Serán militares. Desde luego, militares. ¿Cómo van a ser civiles? Se trata de una guerra".

Antes del mediodía llegó a Interfax el desmentido a un acuerdo en tales términos que realizaban "fuentes diplomáticas", lo que en la jerga moscovita significa altos responsables del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso.

Enseguida intervino un portavoz del Ministerio de Exteriores yugoslavo, Nebojsa Vujovic: "No hay nada nuevo en las discusiones sobre una presencia internacional". "La presencia internacional ya fue definida en octubre", cuando Belgrado aceptó el despliegue en Kosovo de una misión de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa. "Ahora se ha hablado de una modalidad diferente, de una presencia no armada de la ONU, de una presencia de observadores de la ONU en Kosovo".

A media tarde, el jefe de la diplomacia yugoslava, Zivadin Jovanovic, tuvo la última palabra. "No abordamos [en las conversaciones del jueves] la cuestión de una presencia militar internacional en Kosovo", manifestó en una declaración hecha llegar a Itar-Tass. "Sólo hablamos de la posibilidad de desplegar en Kosovo una misión civil, en ningún caso una misión militar".

Según un colaborador suyo, Jovanovic estaba muy irritado con las informaciones de prensa que daban cuenta de un acuerdo. Chernomirdin no comentó el desmentido de Belgrado a sus palabras.