Un enorme escándalo de corrupción provoca una crisis en el Gobierno de Perú

En medio del secretismo con el que habitualmente maneja los problemas en su Gobierno, el presidente peruano, Alberto Fujimori, destituyó el pasado miércoles a cinco de sus ministros, entre ellos al de Trabajo, Jorge Mufarech, quien había denunciado la existencia de una "red de corrupción" entre altos funcionarios que se calcula puede haber costado al Estado una pérdida de 10.000 millones de dólares (un billón y medio de pesetas) en los últimos años por contrabando en las fronteras. Según la oposición, Mufarech se había convertido en una "piedra en el zapato" en la Administración de Fujimori. La crisis comenzó, como ya resulta habitual en la política peruana, con la dimisión ritual de todo el Gobierno ante el presidente. El Gabinete, encabezado por Víctor Joy Way, que asumió sus funciones el 5 de enero, hace menos de 100 días, está integrado en su mayoría por personas sin experiencia política, y ha sido el de más corta duración del segundo período de gobierno de Fujimori. Posteriormente, se comunicó oficialmente que el presidente aceptaba la renuncia de cinco de sus ministros.

Según el congresista del conservador Partido Popular Cristiano (PPC), Antero Flores-Aráoz, se trata de una "operación maquillaje" montada por el Gobierno "para sacar al ministro que destapó la corrupción" reinante en el Ejecutivo.

A juicio de este legislador de la oposición, Mufarech resulta incómodo para la Administración y se busca separarlo "disfrazando" su intención con una dimisión en pleno, "para que la gente no proteste". El congresista de la oposición de izquierda Javier Díez Canseco coincidió en que Mufarech se había convertido en "una piedra en el zapato" para el Gobierno por sus reiteradas denuncias de presunta corrupción en las aduanas, uno de los organismos del Estado considerado por la Administración como uno de los más eficientes.

Mutismo

Durante todo el desarrollo de la crisis se mantuvo un mutismo absoluto desde instancias oficiales. Ni Fujimori ni el dimisionario Joy Way confirmaron oficialmente la existencia de problemas, hasta que un comunicado oficial redujo la remodelación gubernamental a cinco ministros.

La mayoría de analistas políticos y sectores de la oposición coinciden, en cualquier caso, en que la dimisión del Gobierno se debió a la tensión y a las discrepancias internas del Gabinete.