_
_
_
_

Nuevos datos sobre la biología de 'Homo antecessor'

El ciclo biológico de la especie humana, es decir, la sucesión de fases de vida desde la concepción hasta la muerte, se distingue de otros primates por un prolongado proceso de maduración, con la aparición de dos nuevas etapas en el crecimiento: la niñez y la adolescencia. Desde una perspectiva biológica, las preguntas de cómo y cuando han surgido la niñez y la adolescencia resultan del máximo interés. En el artículo publicado esta semana en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (EE UU) proponemos que hace al menos 800.000 años la especie Homo antecessor descubierta en Atapuerca (Burgos) compartió con los humanos modernos un patrón prolongado de maduración.

Durante décadas, se ha mantenido un intenso debate sobre si los homínidos más primitivos tenían un ciclo biológico similar al del chimpance o si por el contrario, habían adquirido ya un patrón de crecimiento humano. Hoy se acepta que Australopithecus, Paranthropus y las especies primitivas de Homo tenían un ciclo biológico similar al del chimpancé. En consecuencia, la profunda modificación del ciclo biológico tuvo lugar en la posterior evolución de Homo. Sin embargo, la incógnita de cuando surgió el patrón de desarrollo totalmente humano, y cómo se relaciona éste con otros cambios experimentados en nuestra evolución, ha persistido durante años. Un análisis detallado del desarrollo dental de los restos de H. antecessor desvelan algunos de estos interrogantes.

El estudio de la anatomía de los fósiles humanos del yacimiento de Gran Dolina (Atapuerca) dio lugar a la definición de la especie Homo antecessor que, según nuestra hipótesis, representa al antepasado común de neandertales y Homo sapiens. Ahora, el estudio del desarrollo del aparato dental de Homo antecessor nos lleva a profundizar en la evolución de su ciclo biológico. El estudio consistió en establecer el estado de mineralización de cada pieza dentaria mediante imágenes radiográficas.

Las observaciones se compararon con series dentales de poblaciones humanas recientes, de chimpancés y de gorilas, de las que conocemos la secuencia y edades de formación de cada diente. Estas comparaciones permiten saber que Homo antecessor presenta una pauta de desarrollo dental similar al de poblaciones humanas actuales. ¿Que implicaciones tienen los resultados de esta investigación?

El crecimiento y erupción de los dientes es un buen marcador de la pauta general del desarrollo del organismo. Un homínido cuyo patrón de desarrollo dental fuera idéntico al nuestro debería compartir con nosotros un ciclo de vida complejo. Este sería el caso de Homo antecessor, que pudo tener un periodo infantil relativamente corto, una niñez prolongada, una fase juvenil, y una adolescencia probablemente bien definida.

La aparición de una niñez incipiente pudo suceder hace casi dos millones de años en la línea evolutiva que conduce hacia nuestra especie. En la evolución del género Homo esta etapa debió prolongarse a expensas de reducir la infancia. La ventaja de acortar la infancia sería la reducción del tiempo de lactancia, y la posibilidad de que las madres quedaran nuevamente preñadas. Esto permitiría reducir el intervalo entre nacimientos y aumentar la fertilidad. Por otro lado, la niñez es un largo periodo, que comienza hacia los dos años y termina cuando se completa el crecimiento del cerebro, hacia los siete años.

Este tiempo es esencial para que el niño, con su cerebro en pleno desarrollo, obtenga una considerable cantidad de información del entorno. Los padres, a su vez, deben invertir una gran cantidad de tiempo y energía en el cuidado de sus descendientes Esto en principio puede parecer poco ventajoso, pero esa creciente dedicación ha permitido incrementar la cohesión social, factor esencial en la supervivencia de los grupos.

La adolescencia debió surgir hace más de un millón de años en Homo y se fue prolongando en parte a expensas de reducir el periodo juvenil. La adolescencia representa una larga transición hacia la etapa adulta, donde los individuos aprenden, entre otras cosas, a ser padres efectivos. Esto supone una nueva ventaja para reducir la mortalidad de los infantes y aumentar la fertilidad de las especies.

En definitiva, hace nada menos que 800.000 años, la especie Homo antecessor habría adquirido las ventajas que suponemos a un ciclo biológico tan largo y complejo como el nuestro. Además, los resultados de estas investigaciones permiten reforzar la hipótesis de una relación filogenética entre Homo antecessor y Homo sapiens.

José María Bermúdez de Castro y Antonio Rosas son investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (CSIC) y miembros del equipo de Atapuerca, Premio Príncipe de Asturias de Investigación 1997.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_