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Los agricultores alertan de que ya han perdido más de 75.000 millones por la falta de lluvias

Alejandro Bolaños

Los meteorólogos aún no se atreven a mentar la bicha, pero las asociaciones agrarias ya han puesto cifras a lo que no dudan en calificar como "sequía". La Unión de Pequeños Agricultores (UPA) estimó ayer en 75.642 millones de pesetas las pérdidas provocadas por el déficit en las precipitaciones que se registra desde el inicio del año agrícola, en septiembre. Hasta ahora, la falta de lluvias ha perjudicado sobre todo a cereales de invierno (trigo, cebada y centeno), remolacha de secano y ganadería, y los daños, según los datos de UPA, se concentran en Sevilla (22.637 millones) y Córdoba (17.618 millones).

Los cultivos de secano y la ganadería han sido las primeras actividades agrarias en sufrir lo que los responsables del Instituto Nacional de Meteorología tildan de "periodo seco". Los embalses retienen una cantidad suficiente de agua para abastecer a las ciudades durante los próximos dos años, pero el campo echa en falta la lluvia que no ha caído en estos últimos seis meses: las precipitaciones registradas desde septiembre apenas suponen la mitad de lo que llovió de media, en ese periodo, las tres últimas décadas. Las asociaciones agrarias, en las últimas semanas, han dado la voz de alarma. COAG está elaborando un estudio y Asaja ya remitió el pasado 25 de marzo un informe a la Consejería de Agricultura y al Ministerio de Agricultura en el que cifraba las pérdidas hasta marzo en 56.000 millones. En este documento recogía la pérdida de toda la cosecha de remolacha de secano (12.000 hectáreas) y de la mitad de los cereales de invierno cultivados (600.000 hectáreas). También incluía el sobrecoste que han tenido que afrontar las explotaciones ganaderas, que se han visto obligadas, debido a la inexistencia de pastos, a comprar piensos y forrajes para alimentar a sus reses. Apenas 15 días después, UPA calcula que la falta de lluvias ha echado a perder toda la cosecha de los cereales de invierno (que espigan prematuramente sin que la planta haya alcanzado su pleno desarrollo). Sevilla (con 220.000 hectáreas cultivadas) y Córdoba (115.000 hectáreas) son las provincias que acaparan la producción cerealística de secano en la región, y las más perjudicadas. Y son también las que concentran las perdidas de explotaciones ganaderas (23.285 millones en la región), más acusadas en el ovino (9.309 millones). El secretario andaluz de UPA explicó ayer que su organización solicitará al Gobierno y a la Junta que acuerden un decreto de ayudas, como los que se aprobaban en los años del último periodo de sequía (1992-95). Gutiérrez pidió que se anticipen, sin recargo económico, los fondos europeos y se concedan créditos de interés preferente a los perjudicados. Y coincidió con Asaja en solicitar que se acelere la construcción de los embalses de Melonares, La Breña II y El Arenoso, en la cuenca del Guadalquivir. Cautela de Plata El consejero de Agricultura, Paulino Plata, confirmó en Córdoba la mala situación de los cereales de invierno -"se ha perdido la práctica totalidad de los cultivos"-, pero ante las peticiones de las asociaciones agrarias llamó a la cautela: "No se puede hacer una normativa con características generales porque puede ser precipitada". El consejero recordó que los cereales tiene un peso pequeño (6%) en la producción agraria de la región frente a las frutas, hortalizas y el olivar que acaparan el 75%. Plata auguró que "habrá una buena campaña olivarera" si llueve en las próximas semanas, informa Europa Press. La Consejería de Agricultura, ante el déficit de precipitaciones, ya autorizó dejar sin producción el 50% de la superficie de herbáceos (cereales, oleaginosas), con derecho a ayuda y amplió el periodo de solicitud de ayudas por superficies y primas ganaderas hasta el 22 de marzo. Plata se comprometió ayer a "mejorar la cobertura de los seguros agrarios" y a subvencionar parte de su coste. El análisis de la UPA anticipa los próximos cultivos en riesgos si el tiempo seco persiste: el girasol apenas acaba de nacer y los olivos inician su periodo de floración. La asociación agraria estima que los riegos extras que han necesitado el olivar, los cítricos, los frutales, la remolacha de regadío y el algodón para salir adelante han elevado los costes de los agricultores en 9.500 millones. MÁS INFORMACIÓN PÁGINA 68

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