Cogida de César de Madrid
Un sobrero de Alejandro Vázquez, gazapón, incierto y con malas intenciones, se ha llevado por delante a César de Madrid, un novillero de 23 años que ha venido a Las Ventas muy poco placeado, pero con gran afición y enormes ilusiones. Ya demostró su valor cuando se fue al portón de toriles a recibir de hinojos al peñarroya que luego sería devuelto al corral por su invalidez. Salió arrollador y con ímpetu el morlaco, y el espada tuvo que poner pies en polvorosa y arrojarse en zambullida al callejón. Cuando se cita desde ese terreno, los toros deben parecer el expreso de las cinco en plena carrera vía adelante y es natural que el chico no quisiera aguantarlo.Ese novillo, a pesar de su espectacular salida, resultó a la postre un pobre tullidito y fue cambiado por un sobrero que tomó una vara con empuje y otra con menos ganas. Llegó a la muleta quedándose muy corto y más atento al torero que al engaño. A pesar de ello, César volvió a poner las rodillas en el suelo y lo pasó por alto en dos muletazos de escalofrío. Al iniciar el tercero, el novillo lo levantó por el muslo y lo apartó del ruedo para el resto de la corrida. Ha quedado inédito el novillero madrileño, del que sólo puede decirse que valor y ganas no le faltan. Y no es poco.
Peñajara / Vara, Madrid, Soler
Novillos de Peñajara (dos, devueltos por inválidos), de aceptable presencia, inválidos. Sobreros: 2º, de Alejandro Sánchez, bien presentado, con problemas. 6º, de La Guadamilla, con presencia, encastado, sin fuerza.Sánchez Vara: metisaca, dos pinchazos -aviso con retraso-, pinchazo y estocada tendida; bajonazo atravesado; estocada atravesada (silencio en los tres). César de Madrid, nuevo en esta plaza: cogido durante la faena al segundo, pasó a la enfermería. José María Soler, nuevo en la plaza: estocada delantera (aplausos y saludos); pinchazo y estocada tendida (silencio); media atravesada (silencio). Enfermería: César de Madrid sufre herida en muslo derecho con destrozos en el bíceps y contusión en hemitórax de pronóstico menos grave. Plaza de Las Ventas, 11 de abril. Cerca de media entrada.
El resto del encierro quedó para José María Soler -otro debutante- y para Sánchez Vara, espada ya conocido del público venteño. El debutante de Algeciras ha impresionado por el corte y las trazas del toreo que intenta. Parece estar en la línea estética de Rafael de Paula y, a veces, sorprende con la perfumada inspiración de un Curro Romero. Nada menos. Está todavía muy verde, y es natural. Pero no lo perdamos de vista. Con esas maneras puede sacarse fruto de él.
En los tres novillos que mató exhibió un toreo de capa muy vistoso, sobre todo con el sexto, con el que se salió a los medios toreando con plasticidad. Dos verónicas de cartel. Y una media de sello currista que ahí quedó.Con la muleta hizo al tercero una faena sin decidirse, molestado por el viento y muy justito de valor. La invalidez del quinto no le permitió rematar unos pases iniciados con la figura compuesta y la casta santacolomeña del sexto le desbordó por completo.Pero atención a este gaditano.
Sánchez Vara tiene sentido de la colocación y mucho, mucho valor. Le falta mandar más en las embestidas de sus enemigos, llevarlos toreados. En el que abrió plaza, que tenía algo más de fuerza que sus hermanos de camada, le faltó sentido lidiador. Despachó al autor de la cogida de César después de intentar una faena imposible y salió a enfrentarse al cuarto con su última carta por jugar. Estaba inválido el peñajara y no había manera de sacar partido favorable. Lo quiso torear con la archimanoseada faena de derechazo va, derechazo viene, pero la falta de fuerzas del bicho le chafó el invento. Se arrimó, le ahogó la escasa embestida y le metió el pico de la muleta por un ojo. Ni aun así.
Puso banderillas con más voluntad que acierto. Y pare usted de contar.
Los novillos de Peñajara compusieron un encierro sin fuerza. Se cayeron un montón de veces. El presidente debió devolver al corral alguno más. La que nos espera en la feria isidril.
Babelia
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