El Boss calienta motores en Barcelona

Desde ayer la ciudad de Barcelona ha aumentado en más de 300 personas su población. Congresos varios al margen, el responsable de tal incremento estadístico no es otro que Bruce Springsteen, que a las 7.30 aterrizó en El Prat procedente de Nueva York en un vuelo regular de Iberia. Le acompañaban su mujer, Patti Scialfa, y sus hijos, con quienes se hospeda en el hotel Ars, al igual que los miembros de su grupo y los más destacados componentes de su equipo, cuyo número total supera el centenar de personas. Mañana el Boss se reencontrará con la E Street Band en el Palau Sant Jordi para iniciar una gira mundial cuyas próximas citas en España son las de Zaragoza (5 junio) y Madrid (7 de junio).

A Barcelona se han desplazado asimismo más de 100 periodistas procedentes de todo el mundo, a los que se suman 150 altos ejecutivos de Sony, la discográfica de Springsteen.En el recinto olímpico barcelonés, Springsteen ofrecerá otro recital el domingo día 11, para el que todavía quedaban ayer unas 900 entradas a la venta. Las 19.000 localidades puestas a la venta para el recital de mañana se agotaron hace días, e incluso se da por sentado que ni siquiera los revendedores disponen de papel por el que solicitar precios astronómicos. Por razones de tipo técnico, el recital de mañana comenzará a las 21.00, y no a las 22.00 como inicialmente estaba previsto. La apertura de puertas se realizará a las 19.00.

"¡Siga a ese coche!". Y ese coche, una furgoneta blanca con cristales ahumados, era el de Springsteen, que salía del hotel Ars de Barcelona, en la Vila Olímpica, a las 18.30. Vestía camiseta deportiva -por la tarde había estado en el gimnasio del hotel-, llevaba su inseparable gorra y barba de dos días, y puso cara de pocos amigos cuando vio una cámara de televisión. Sin bajar de la furgoneta se dejó hacer unas fugaces fotos -lo que tarda un semáforo en cambiar de color- y saludó a los fans que aguardaban pacientes. Quizá proyectaba ir al Palau Sant Jordi a ensayar o de turismo por la ciudad, como ha hecho en otras visitas, pero cuando vio que un coche le seguía cambió de planes. No estaba ayer el Boss para que le molestaran. La furgoneta en la que viajaban el cantante y dos guardaespaldas giró y, sin respetar señales ni semáforos, volvió al hotel.

"¡Ha valido la pena!", comentaba un joven que llevaba esperando desde las ocho de la mañana. Otro se lamentaba: "¡Qué pena, con lo que ha costado que saliera de la cueva!". Los más fieles, una veintena de jóvenes treintañeros y estudiantes, pasaron ayer todo el día guardando la puerta del hotel. No pudieron hablar con su ídolo, pero sí con su mujer, Patti Scialfa, que salió a hacer footing; con el guitarrista Nils Lofgren, que salió de compras, y con el saxofonista Clarence Clemons, que llegó con retraso a causa de la niebla que había en el aeropuerto de El Prat.

Al margen del hotel en el que se alojan Springsteen y toda su troupe, pocos son los detalles que han trascendido sobre sus actividades como ilustre turista. Se sabe que el Boss no quiere hacer turismo a pie, y por esa razón ha solicitado de los organizadores del recital dos automóviles que deben permanecer a su disposición las 24 horas del día.

Está previsto que Springsteen y su banda realicen ensayos en el Palau Sant Jordi hoy y previsiblemente mañana, ensayos que servirán para ajustar una maquinaria, la E Street Band, que por otra parte se supone que no necesita engrase alguno. Aunque se ha de considerar que, exceptuando un recital ofrecido en Nueva Jersey el pasado mes de marzo para unas 2.000 personas, el grupo del Boss no realizaba una gira con su jefe desde 1989.

Según ha trascendido de fuentes de la discográfica Sony Music, Springsteen ha escogido España para iniciar su gira mundial porque en estos momentos el español es el primer mercado europeo del rockero y el segundo mundial. Sólo EE UU ha registrado ventas superiores de su último disco, el cuádruple recopilatorio Tracks. En España ha alcanzado los 104.000 ejemplares vendidos. Italia, el segundo país europeo en ventas, arroja la distante cifra de 32.000 ejemplares. Se supone que las ventas se mantendrán e incluso se superarán con el inminente nuevo disco de Springsteen, que bajo el título de 18 tracks se editará el lunes incluyendo 15 temas de Tracks más tres temas inéditos.

Por lo que hace referencia al repertorio que Springsteen ofrecerá en sus dos recitales barceloneses, así como en los del resto de la gira, se ignora casi todo. Según fuentes de Sony Music, su discográfica, ni tan sólo los colaboradores más directos del Boss conocían este detalle. Con una discografía que alcanza los 15 elepés, se da por sentado que Springsteen tiene material de sobras para elegir, aunque según parece el corpus de canciones que la banda está preparando alcanza los 160 títulos, de los que en cada recital se escogerán listas diferentes. De todas maneras, no es preciso consultar el tarot para predecir que himnos como Born to run, Born in the USA, Thunder road y Badlands sonarán casi con absoluta seguridad acompañadas de cortes menos predecibles, como Prove it all night o She's the one. Para cantar estas y muchas más composiciones, Springsteen garantiza un recital cuya duración no será inferior a las dos horas y media, lo que por otra parte es habitual en los recitales de esta fiera del escenario que este año cumplirá los 50.

El recital de mañana en Barcelona será para el Boss un verdadero test para comprobar tanto su estado de gracia como el encaje con sus músicos, cuyos nombres siempre han ido asociados al suyo. Es el caso de Roy Bittan (teclados), Clarence Clemons (saxo), Danny Federici (teclados), Nils Lofgren (guitarra), Gary Tallent (bajo), Steve van Zant (guitarra), Max Weinberg (batería) y Patti Scialfa (coros).