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PATRIMONIO

Los historiadores anuncian que han hallado la ubicación exacta de la cripta de Velázquez

Vicente González Olaya

Diego de Silva y Velázquez no descansa solo bajo los adoquines de la plaza de Ramales. Un grupo de historiadores, encabezado por el profesor Manuel Montero Vallejo, ha determinado que el pintor de corte de Felipe IV fue enterrado en la misma cripta que su esposa, Juana Pacheco, que murió de pena sólo cinco días después de que el artista falleciese, en 1660. Los expertos, que han cotejado en los últimos días cientos de documentos, han determinado, "con un margen de error de dos metros", la ubicación exacta de la cúpula subterránea donde se inhumó al pintor.

La llamada Operación Velázquez (la búsqueda de los restos, bajo la plaza de Ramales, del pintor de corte de FelipeIV) ha dado un paso de gigante en los últimos días. Un grupo de destacados historiadores asegura haber localizado, en uno de los extremos de la rotonda, la cripta donde fue enterrado el artista en 1660. Para llegar a esta conclusión han cotejado antiguos documentos que señalan que el pintor fue inhumado en una capilla de la desaparecida iglesia de San Juan, que era propiedad de los condes de Fuensalida, una de las familias notables del Madrid del siglo XVII.Este templo, que se mantuvo en pie hasta 1811, fue derribado por orden del rey José Bonaparte I, que deseaba mayores espacios abiertos en torno al palacio de Oriente. Según los documentos consultados, la demolición de la iglesia se llevó a cabo en sólo tres días, "por lo que queda claro que el derribo sólo afectó a los muros que sobresalían del suelo, no a las criptas ni subterráneos de la edificación", deducen.

Con estas premisas, y sobreponiendo los planos de la iglesia, los historiadores han determinado la ubicación exacta de la cripta de los condes de Fuensalida. "Se sabe que primero se enterró a Velázquez bajo una gran lápida de pizarra, aunque a los pocos días hubo que levantarla para enterrar a su mujer [Juana Pacheco, hija de Francisco Pacheco, uno de los maestros de Velázquez], que murió sólo cinco días más tarde que el pintor", explican.

Inscripción latina

La lápida tenía grabada una "larga inscripción latina", donde se detallaban todos los títulos del artista, y que fue redactada por un hermano eclesiástico de Juan Alfaro, uno de los grandes artistas de la época.Los historiadores también han recuperado gran parte de la ceremonia fúnebre que se celebró para dar sepultura a Velázquez. El rito fue descrito por el artista Antonio Palomino en uno de sus tratados de pintura. Palomino, que dedicó varias páginas a la muerte de Velázquez, describe su enterramiento de la siguiente manera: fue vestido "con manto capitular, con la roja insignia al pecho, el sombrero, la espada, botas y espuelas". Así fue expuesto durante un día, hasta que el cuerpo fue "mudado a un ataúd forrado en terciopelo liso negro, tachonado y guarnecido con pasamanos de oro, y encima, una cruz de la misma guarnición, la clavazón y las cantoneras doradas y con dos llaves". Fue enterrado "con la mayor solemnidad, asistiendo la música de la Capilla Real y varios caballeros de las órdenes, hasta bajar el féretro a la bóveda [cripta]".

Dos veces han intentado los estudiosos encontrar los restos del pintor. La primera fue en 1845, y la segunda, a principios de los años sesenta de este siglo. Pero ambas investigaciones fracasaron sin encontrar nada. Los historiadores han hallado ahora las razones de estos fracasos. "Para ubicar la iglesia de San Juan en la actual plaza de Ramales se utilizaron los planos de Pedro Texeira [siglo XVII]. Pero esos planos, a pesar de su perfección, no son válidos en este caso. La razón es sencilla: Texeira modificó, para dar perspectiva a las calles, la situación de algunos edificios. La iglesia de San Juan fue uno de ellos. Por eso, cuando en el siglo XIX se buscaron los restos del templo con este plano, se perforó la calzada a bastante distancia de su ubicación real", se explica.

Aunque la orografía de la plaza ha sido modificada notablemente en los últimos siglos -se supone que Ramales era una pequeña colina en cuya cima se ubicaba la iglesia-, los estudiosos consideran que la tumba se encuentra a menos de cinco metros de profundidad. Pero rechazan hacer pública su situación exacta, porque no desean que Ramales "se convierta en otro escándalo como el de la plaza de Oriente". Anuncian que si la Consejería de Cultura no cuenta con fondos suficientes para llevar a cabo los trabajos, varias entidades privadas están dispuestas a correr con todos los gastos de las investigaciones.

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Sobre la firma

Vicente González Olaya
Redactor de EL PAÍS especializado en Arqueología, Patrimonio Cultural e Historia. Ha desarrollado su carrera profesional en Antena 3, RNE, Cadena SER, Onda Madrid y EL PAÍS. Es licenciado en Periodismo por la Universidad CEU-San Pablo.

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