Batallas en Internet
'Piratas' rusos, exiliados kosovares y funcionarios serbios guerrean en la red
Un pirata informático contrario al bombardeo de Yugoslavia por la OTAN, y que probablemente actuó desde Rusia, bloqueó el pasado fin de semana la página web de la Casa Blanca, según confirmó ayer Joe Lockhardt, portavoz presidencial. El incidente, uno más de la feroz guerra de Kosovo que se libra en Internet, no ha sido el único. Varias asociaciones de piratas rusos han atacado en los últimos días los servidores de la OTAN y han declarado en sus páginas la guerra informática a los aliados.El conflicto ha confirmado el imparable ascenso de la red como primera fuente de noticias para decenas de millones de personas, pero también como servicio de correos e instrumento de propaganda. Desde el monasterio serbio de Decani, que tiene 663 años de antigüedad, el padre Sava Janjic informa a través de una página web de que los bombardeos de la OTAN "están alcanzando áreas civiles, incluida la aldea de Gracanica, donde se sitúa uno de los más sagrados monasterios greco-ortodoxos". "La OTAN", escribe el monje, "no está cumpliendo sus promesas de guerra limpia".
En Dallas (Tejas), el estudiante kosovar Uranik Begu pasa ocho horas al día frente a su ordenador, navegando por las páginas informativas de Internet, escuchando las radios de la red, participando en una tertulia (chatroom) albanesa y solicitando noticias sobre sus familiares y amigos. "Es difícil hablar por teléfono con Kosovo, y los periodistas occidentales han sido expulsados, así que Internet es el único vínculo que tengo".
Miles de personas con un ordenador y un modem están desempeñando dentro y fuera de Yugoslavia el papel de los radioaficionados en las anteriores guerras del siglo XX. El correo electrónico, usado masivamente por las diásporas serbia y kosovar y, en la medida de sus posibilidades, por sus compatriotas en el interior, cumple, por primera vez en una guerra, un papel vital para informar de la situación de los familiares. Y en los chatrooms de unos y otros, donde participan a veces simultáneamente hasta 1.500 personas, se preguntan cosas como: "¿Hay alguien de Kraljevo? ¿Le han dado al aeropuerto? Contádmelo, por favor; mi casa está muy cerca". También existe una guerra de propaganda. La República Federal de Yugoslavia tiene una página web accesible en EEUU a través de UUNet. "La contribución de los separatistas albaneses al mercado mundial de drogas es muy importante", puede leerse allí. Pero Kosova Press, en una página hecha desde Suiza, también publica varias veces al día los comunicados del Ejército de Liberación de Kosovo. La red se está mostrando incontrolable para los dos bandos. Así, mientras la Casa Blanca tiene que protegerse de ataques como el del pirata anti OTAN que la dejó aislada de Internet, Belgrado ha silenciado a Radio B92, pero no ha impedido que la emisora yugoslava independiente siga informando a través de un servicio de correo electrónico con base en Michigan.
Para los grupos de comunicación que han apostado por Internet, la guerra de Kosovo está siendo también la consagración del fenómeno anunciado por el caso Lewinsky: la conversión de la red en primera fuente de noticias para millones de personas. "La pasada semana fue la más agitada de nuestra historia", declaró ayer a ELPAÍS Kerrin Roberts, portavoz de CNN Interactive, cuya página web ocupa el primer lugar mundial entre las destinadas a noticias. "Registramos en siete días 154 millones de entradas procedentes de todo el mundo", dijo Roberts. "El 24 de marzo, el día del comienzo del ataque de la OTAN a Yugoslavia, recibimos 31 millones de visitas, algo sólo superado hasta el momento por el día en que fue difundido el Informe Starr, el 11 de septiembre de 1998, en que recibimos 34 millones de visitas".
Estados Unidos, donde viven la mitad de los 140 millones de internautas mundiales, está a la cabeza de la explosión periodística de la red. El número de estadounidenses que usan regularmente Internet como fuente de noticias se ha triplicado en los últimos dos años y se sitúa en más de 40 millones de personas, según el Pew Research Center. Eso ha llevado a los medios tradicionales de prensa escrita o audiovisual a volcarse en sus páginas web. La nueva versión de The New York Times on the Web contó en febrero con seis millones de usuarios registrados y 73 millones de visitas. Un portavoz declaró ayer que las cifras de marzo pueden incrementarse en más de un 20%. "Esto es imparable".
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