Partidarios y adversarios del general velan toda la noche a la espera del fallo

Los chilenos aguardan divididos el veredicto de los lores sobre el futuro de Augusto Pinochet, detenido en Londres desde el 16 de octubre. Adversarios y partidarios del exdictador han convocado vigilias que durarán hasta que se conozca el fallo. Los familiares de las víctimas de la dictadura realizarán hoy una marcha hasta el memorial de los ejecutados políticos y detenidos-desaparecidos, en el cementerio general de Santiago, y grupos pinochetistas se manifestaron, como es habitual, frente a las embajadas de España y el Reino Unido.

En la víspera de conocerse la esperada decisión de los lores, la nota predominante en Santiago eran los coletazos del polémico discurso efectuado el lunes ante las más altas autoridades políticas y militares del país por el comandante de la Fuerza Aérea, general Fernando Rojas Vender. El uniformado afirmó que la detención de Pinochet ha provocado en Chile un clima de división similar al que desembocó en el golpe militar de 1973, y lanzó una velada advertencia sobre las futuras relaciones con España, "países que pretenden darnos lecciones sin recordar siquiera su pasado", dijo.El ministro de Defensa, José Florencio Guzmán, por instrucciones del presidente Eduardo Frei, llamó a capítulo al general Rojas y subrayó "la inconveniencia para el interés nacional de efectuar declaraciones inapropiadas". El ministro también convocó a los comandantes en jefe del Ejército, Ricardo Izurieta, y de la Marina, Jorge Arancibia.

Por su parte, el presidente Frei recibió al general jefe de Carabineros, Manuel Ugarte, quien declaró que las Fuerzas Armadas, como instituciones no deliberantes, no deben tener actuaciones políticas.

La estrategia del Gobierno

La estrategia jurídico-política del Gobierno chileno para lograr el regreso de Pinochet ha sido diseñada por un reducido equipo de asesores del ministro de Asuntos Exteriores, entre los que sobresale la presencia de diplomáticos que ocuparon altos cargos durante la dictadura. Uno de los personajes clave en dicho equipo es el director jurídico del Ministerio, Jaime Lagos (nombrado en enero pasado), que en el régimen militar, en la década de los 80, fue director general de Política Exterior, cargo de absoluta confianza del ministro de Exteriores.En aquella época, el titular de la cartera era Hernán Felipe Errázuriz, actual abogado defensor de Pinochet e íntimo amigo del ex dictador. Tras la detención del general en Londres, el Gobierno chileno constituyó un comité de crisis presidido por el ministro de Exteriores, José Miguel Insulza (socialista), y el subsecretario, Mariano Fernández (demócratacristiano), desde el que se dirige la actuación gubernamental en el caso Pinochet, cuyo eje principal es la defensa de la inmunidad del exjefe de Estado.

La marcada tendencia ideológica de los pesos pesados del comité de crisis no es ajena al conflicto que estalló en la dirección jurídica del Ministerio de Exteriores el pasado 2 de noviembre, cuando Carmen Hertz dimitió del cargo en desacuerdo con la actuación del Gobierno y para personarse en la causa que instruye Baltasar Garzón contra Pinochet.

La salida de la abogada Hertz, viuda del periodista Carlos Berger, asesinado durante la dictadura, provocó un auténtico revuelo en el cuerpo de la cancillería, marcadamente conservador, al tiempo que llovieron las críticas desde los sectores de derecha y la prensa de Santiago, por las vinculaciones de la dimisionaria con las organizaciones de derechos humanos. La dirección jurídica permaneció acéfala durante dos meses, hasta que el ministro Insulza, sin muchas opciones y acosado por la derecha, se inclinó por el nombramiento de un jurista como Jaime Lagos, dispuesto a actuar en nombre del Gobierno en la defensa de Pinochet.