Un coronel bajo sospecha
Rafael Masa González recibió el pasado diciembre una buena noticia: el Tribunal Supremo dejaba sin efecto la condena -y consiguiente expulsión de la Guardia Civil- que había recaído sobre él en 1990 por prevaricación en el caso de las torturas sufridas en 1981 por el padre del etarra Tomás Linaza.El Supremo dejó sin efecto la condena al considerar que los hechos estaban prescritos. Esta sentencia supone que Masa tendrá que ser readmitido en la Guardia Civil con el grado de coronel, a la vez que deben abonársele los haberes que dejó de percibir. Su reingreso está pendiente de que el Ministerio de Defensa publique la orden correspondiente en el Boletín oficial.
Masa lleva años bajo sospecha. En febrero de 1990 declaró por primera vez en Bilbao al relacionársele con Luis Morcillo, investigado ya entonces por el caso Brouard. Ambos mantienen una vieja amistad desde que se conocieron en Granada.
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