Un libro documenta 120.000 de los muertos civiles de la guerra

"¿Cómo fue posible tanta crueldad, tanta muerte? Y luego, cuarenta años después, ¿es cierto que nos hemos olvidado de tanto crimen, de tanto muerto?", se pregunta Santos Juliá en el prólogo de Víctimas de la guerra civil (Temas de Hoy), que él ha coordinado. Los historiadores Julián Casanova, Josep Maria Solé i Sabaté, Joan Villarroya y Francisco Moreno, autores del libro, intentan responder en sus textos.

El libro explora la tragedia que se desarrolló no en el frente, sino en la retaguardia, tanto en la zona nacional como en la republicana: fusilamientos arbitrarios, sacas y paseos, en los momentos del terror caliente; ejecuciones sumarias, cárceles y acoso a los huidos, a medida que la guerra se dilataba; exilio, campos de concentración, represión de la guerrilla y de sus colaboradores, represalias económicas y laborales, vejaciones múltiples tras la victoria del dictador."Hasta donde se ha podido investigar, en la zona sublevada hubo 73.000 muertos, y en la republicana, unos 50.000, aunque nuevos datos indican que esta cifra va bajando", dijo Solé. "No se puede ir a una guerra de cifras. La mitología sobre la guerra civil es muy bonita pero no real desde el punto de vista histórico". Por ejemplo, el famoso millón de muertos se ha reducido a 600.000.

"Espero que Víctimas de la guerra civil sea leído por miles de españoles que quieran conocer no sólo su historia, sino también cómo son los seres humanos", dijo ayer Gabriel Jackson, en la presentación del libro en Madrid. "Está muy bien escrito, con claridad. Estudia los muertos que hubo fuera de las batallas y la represión a ambos lados. No es dramático, pero resulta estremecedor: dónde y cuándo murieron, quiénes eran, quién ordenó su muerte. Es muy importante que lo pueda leer un público no especializado para que sepa lo que pueden hacer los seres humanos en momentos de pasión".

Angustia y tristeza

Santos Juliá destacó el rigor del trabajo, que ha partido de fuentes inéditas y de numerosas biografías. "El resultado es una visión global de lo que sucedió". Otro aspecto interesante del libro, señaló, es "cómo hemos administrado los recuerdos de esas otras víctimas. Veinte años después de la Constitución debemos debatir sobre lo que sucedió y también sobre lo que hemos hecho con estos recuerdos, que nos llenan de angustia y tristeza, pero que forman parte de nuestra historia".El libro está dividido en tres partes: Rebelión y revolución, de Julián Casanova, que se inicia en el verano sangriento de 1936. En Mayo de 1937-abril de 1939, Josep Maria Solé y Joan Villarroya estudian desde la represión de los huidos y la guerrilla en la zona sublevada hasta la represión de un Ejército en retirada. Y en La represión en la posguerra, Francisco Moreno analiza la represión física, la económica, la ideológica y la escalada hacia el "trienio del terror" (1947-1949).

Los historiadores hablaron de la dificultad del trabajo. "Muchos archivos militares siguen cerrados a cal y canto. En este sentido, la España vencida está militarizada y eso no es democrático", afirmó Julián Casanova.