Duras contrapartidas
Un contrato "garantiza" teóricamente el éxito en los 186 centros multimedia que existen en España, sea de Wall Street Institute (63.000 alumnos), Opening English School (20.000) o de Bla Bla & Company (5.000). Un compromiso "de obra" que obliga a la empresa a devolver el dinero si el alumno fracasa en los objetivos que se ha marcado al iniciar sus estudios. Pero se trata de un contrato flexible y con contrapartidas tan duras que es sumamente raro que la escuela acabe pagando.El estudiante debe cumplir un compromiso semanal -cuatro horas frente al ordenador de media- y no superar el nivel contratado para solicitar el reembolso. Incluso en el caso de preparación de exámenes, el compromiso de la escuela se limita a llevar al alumno a la prueba, no a conseguir el aprobado, como reconoce una asesora de Wall Street.
El índice de abandono es muy bajo, alrededor del 5%, pero la razón puede estar en que se paga por adelantado. Y el precio es más elevado que en las academias presenciales -la media es de 16.000 pesetas al mes, frente a las 8.000 o 10.000 que, según el portavoz de CECAP, cuestan tres horas semanales con un profesor-, pero sin límite de horas informáticas y algunas ofertas, como meses gratis.
Para Sonia Manzano, que estudia desde hace seis meses inglés y francés en un centro multimedia, la gran ventaja del sistema es la independencia. Pero ella y su compañera Gemma Bravo reconocen que notan los progresos cuando se enfrentan al profesor. Y en los exámenes, "mucho más duros de lo que parecen". Lo que no han hecho ninguna de las dos es salir a un país de habla inglesa para comprobar si el contrato se ha cumplido.
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