Los ratones prefieren el aceite de oliva

Los ratones también prefieren el aceite de oliva. Un experimento realizado con 150 de estos animales en la Universidad de Jaén ha sacado como principal conclusión que esta grasa vegetal sirve para reducir las inflamaciones que producen las alergias y la artritis reumatoide, además de ser un buen elemento de prevención contra los tumores. Todo esto se ha puesto de manifiesto con la investigación que han desarrollado en el departamento de Ciencias de la Salud los profesores Elena Ortega, Aurelia Gallego, Carmen Álvarez, Pedro Luis Pancorbo, Gerardo Álvarez de Cienfuegos y Manuel Antonio de Pablo. Para obtener conclusiones han sido necesarios cuatro años de experimentación en los que se incluyó en la dieta de los ratones aceite de oliva, de girasol y de coco. La dieta que incluía el aceite de oliva es la que ha demostrado los efectos beneficiosos sobre la salud. No obstante, Manuel Antonio de Pablo resalta que la labor del aceite es únicamente preventiva, no curativa. "Que nadie piense que tomando aceite está ingiriendo una medicina, porque no es ése el resultado que nosotros hemos comprobado", resalta el investigador. Este equipo ha constatado que una dieta en la que se incluye el aceite de oliva implica que el organismo dispone de mayor defensa contra las células que sufren algún tipo de transformación. El trabajo comenzó como una tesis de Manuel Antonio de Pablo que se ha ido extendiendo y la investigación todavía continúa. Ahora, esos ratones que han estado tomando los tres tipos de aceite, van a ser infectados con una bacteria para ver las distintas reacciones que se producen en sus sistemas inmunológicos. "Lo que sí podemos decir es que la dieta mediterránea, rica en aceite de oliva, es un elemento de salud. Por eso, animamos a que no se abandone, y mucho menos que se sustituya por las que llegan desde otros lugares y que tienen efectos mucho menos saludables", afirma De Pablo. Tampoco desde el departamento de la Universidad de Jaén se dan consejos sobre las cantidades que una persona debe ingerir de esta grasa vegetal, "pero está claro que debe ser una ingesta regular y constante". No vale, añade, con poner un día aceite en la ensalada para pensar que se obtendrán beneficios en el sistema inmunológico. Ésta es la primera investigación que se lleva a cabo en el país relacionada con este tema y ya ha sido difundida en revistas especializadas, concretamente en dos publicaciones japonesas, en las que los investigadores relatan en artículos la comparación de los efectos de estos tres tipos de dietas con diferentes grasas y la modificación de los parámetros inmunitarios que se han obtenido. Los primeros que han conocido los resultados de los experimentos han sido los lectores de las revistas Journal Biochemistry and Nutrition y Journal of Nutrition and Science Vitaminology. Los resultados que se obtienen en las investigaciones con ratones son extrapolables al ser humano. De Pablo subraya que existen diferencias en los sistemas inmunes, pero las respuestas en ambos casos son iguales. "Si en los ratones se ve que el aceite estimula determinadas células, en el ser humano ocurre lo mismo". Los esfuerzos de los investigadores se están centrando ahora en un terreno alejado de la tecnología, los ratones y los sistemas inmunológicos. Tratan de conseguir fondos Feder para sufragar los gastos que supone seguir con el experimento. De momento, ya han presentado un proyecto en colaboración con la fábrica de aceite Oleoviana de la localidad jiennense de Garcíez.