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Un estudio demuestra que la dieta hipocalórica puede causar bulimia

Milagros Pérez Oliva

Una disfunción en el cerebro podría explicar el descontrol que padecen las personas bulímicas respecto de la comida. Esta disfunción estaría provocada por la carencia de determinados nutrientes y sería consecuencia de las dietas severamente hipocalóricas a las que se someten muchas mujeres, según apunta un trabajo científico dirigido por Katherin Smith, investigadora de la Universidad de Oxford (Reino Unido), que ha sido publicado esta semana en los Archivos de Psiquiatría General de la American Medical Association.Smith y su equipo han descubierto una relación entre la bulimia y la carencia de triptófano, un aminoácido precursor de la serotonina, sustancia cerebral que desempeña un papel determinante en numerosas funciones vitales; entre ellas, la regulación del apetito.

La bulimia ha sido definida como un trastorno de la personalidad que lleva a perder el control sobre el impulso de comer y sobre la percepción de la propia imagen. Las personas bulímicas, generalmente mujeres, sufren impulsos irrefrenables de ingerir comida, que luego vomitan con gran sentimiento de culpa porque al mismo tiempo tienen una distorsión de la percepción de la propia imagen que las lleva a buscar obsesivamente la delgadez hasta poner en peligro su vida.

Se trata de un proceso autodestructivo que hasta ahora se ha considerado como de origen psicológico, aunque no se habían definido con claridad ni las causas ni los mecanismos desencadenantes del trastorno, como ocurre en la mayoría de las enfermedades mentales.

El trabajo de Katherin Smith indica que existe una base fisiológica y sugiere que la alteración puede estar provocada por un factor externo; en este caso, las perniciosas dietas hipocalóricas. El equipo partió de la hipótesis de que el bajo nivel de transmisión de serotonina en el cerebro contribuye a la patofisiología de la bulimia nerviosa. Para demostrarlo estudió los efectos de una disminución de la serotonina inducida por la dieta con carencia de triptófano en mujeres que se sabía que estaban bajo riesgo de padecer bulimia nerviosa.

El estudio incluyó 22 mujeres con antecedentes de bulimia y 12 más que no habían sufrido este trastorno ni se las consideraba en riesgo de padecerlo. Las mujeres con historial de bulimia experimentaron un aumento del apetito, un decaimiento anímico y un aumento de su preocupación por la imagen física y por la pérdida de control relacionada con la comida. Los especialistas concluyeron que los bajos niveles de serotonina pueden ser uno de los aspectos del mecanismo neurobiológico mediante el cual las dietas pueden desencadenar bulimia nerviosa en personas genéticamente predispuestas a sufrir este trastorno.

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