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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Comisiones sin control

EN LOS últimos años, los ciudadanos están percibiendo con alarma cómo las instituciones bancarias encarecen paulatinamente las comisiones que cobran por sus servicios, al tiempo que extienden su aplicación a todo tipo de operaciones, sean ingresos, cobros, gestión de un cheque, mantenimiento de cuentas corrientes, custodia de acciones o financiación de tarjetas de crédito. En este clima de cobro generalizado de los servicios, la Comisión Europea abrió el martes una investigación por sorpresa a ocho grupos financieros europeos, entre los que estaban dos españoles, para prevenir una actuación concertada en el cobro de tarifas en las transacciones entre divisas europeas. La presunción de que haya colusión de intereses entre entidades financieras europeas es una gota de agua más en un vaso muy colmadoLa reducción persistente de los márgenes del negocio bancario y el descenso de los tipos de interés son los factores que explican el peso cada vez mayor de las comisiones en las cuentas de resultados de la banca y las cajas. La ley establece que las comisiones que cobran las entidades son libres, así que poco cabe hacer a este respecto para aliviar el desasosiego de los clientes asaeteados con múltiples pagos por la gestión de su dinero. La competencia entre entidades no siempre abarata las tarifas a corto plazo. Pero la ley también establece normas muy estrictas de transparencia, que incluyen información pública continuada de las comisiones que se cobran por cada operación, y que no siempre se cumplen. Muchas tasas bancarias quedan encubiertas en la letra pequeña del contrato o se comunican a posteriori

Otra circunstancia agrava la situación, y es la falta de referencia a una autoridad inequívoca que defienda los derechos de los consumidores en el ámbito bancario. Las normas de transparencia son potestad del Banco de España; pero otras sobre el uso abusivo de las comisiones pertenecen a otros departamentos, como el de Sanidad (Dirección General de Consumo). Esta fragmentación es paradójica, porque disocia la responsabilidad sobre el buen uso del tráfico monetario del que tiene realmente la autoridad sobre él, que es el Banco de España. El efecto de esta contradicción es el desconcierto de los ciudadanos, que no saben a qué ventanilla acudir cuando se sienten perjudicados

En cuanto a las comisiones por transacciones de divisas, hace bien la Comisión Europea en investigar posibles acuerdos contrarios a las reglas del mercado. Por improbables que parezcan, siempre será mejor contar con la imagen de una autoridad preocupada activamente por la limpieza de las operaciones que con la de una Administración despreocupada o negligente. La limpia transición al euro puede quedar en entredicho si el proceso no se controla con todas las garantías.

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