Caen los ministros griegos de Exteriores, policía y servicios secretos por el "caso Ocalan"

El vendaval político provocado en Grecia por el caso Ocalan se llevó ayer por delante tres imponentes figuras del Gobierno socialista de Costas Simitis. Rodaron las cabezas del veterano ministro de Asuntos Exteriores, Teodoros Pángalos; la del responsable de Orden Público (policía), Filipos Pecalnikos, y la del de Interior (servicios secretos), Alekos Papadopulos. El propio Simitis les pidió que dimitieran ante la humillación que ha sufrido Grecia y la imagen que ha dado ante el mundo. Pángalos fue relevado por George Papandreu, hijo y nieto de anteriores primeros ministros.

El portavoz del Gobierno griego, Dimitris Repas, informó de que el Ejecutivo quiere "arrojar luz sobre los hechos", más allá de la responsabilidad de sus ministros, e insistió en que Pángalos, el más acosado de los ministros, "hizo todo lo posible" por manejar un "asunto que él no había ocasionado", en alusión a la odisea de Abdalá Ocalan desde su primera llegada a Grecia, el pasado 29 de enero, a su salida de la Embajada helena en Nairobi para caer en manos de los turcos, el pasado lunes, día 15.Ocalan, tras perder el refugio que durante más de una década tuvo en Siria, país que en octubre fue amenazado por Turquía para que expulsara al líder del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), probó fortuna en Europa. Italia lo albergó durante dos meses, en los que el Gobierno de Massimo D'Alema evitó tanto darle asilo político como extraditarlo a Turquía. Ocalan comenzó entonces un peregrinaje aéreo en busca de un país que quisiera acogerle y terminó a finales de enero en Rusia.

Durante casi dos semanas, Atenas negó que Ocalan hubiera pisado Grecia, pero ahora se ha sabido que de San Petersburgo le sacó un grupo de griegos prokurdos, entre ellos varios diputados del gubernamental PASOK y el almirante retirado Andanis Naxakis. Este grupo lo introdujo ilegalmente en Grecia, haciéndole pasar por secretario de Estado ruso. Una vez en Atenas, estuvo oculto en una casa de la localidad costera de Rafina, próxima a la capital. Sus protectores pidieron ayuda al Gobierno, que envió a sus agentes secretos a Rafina, y todos juntos, agentes y fugitivo, se metieron en un avión con el que se pusieron a buscar a la desesperada refugio por Europa. Al avión se le negó permiso para aterrizar en Rotterdam (Holanda) y en Minsk (Bielorrusia) y de allí voló de nuevo a Grecia, donde hizo escala técnica en Corfú. A Ocalan se le llevó entonces al aparentemente seguro refugio de la Embajada griega en Kenia, mientras se le buscaba un país que quisiera acogerle.

Móvil delator

Pero según la versión griega, el propio Ocalan lo echó todo a perder. Primero por negarse a ir a un lugar más seguro en el interior del país, una vez que se detectó la presencia de agentes cerca de la embajada, luego por ponerse a negociar él mismo con las autoridades de Kenia, y en tercer lugar, por usar el teléfono móvil sin medida. "Se puso a hablar con todo el mundo", ha dicho Pángalos. "Los grandes servicios secretos tienen satélites que graban todas las conversaciones de los móviles". Pangalos arremetió ayer contra los que arrojaron sobre las espaldas griegas la carga de Ocalan. "Los que trajeron a Ocalan a Grecia han cometido un atentado contra la nación y son responsables de la situación en la que ahora se encuentra Ocalan".

Simitis ha pedido que se averigüe "qué responsables del PASOK actuaron ilegalmente y más allá de los límites de la responsabilidad nacional al traer a Ocalan a Grecia y causar el actual problema", según el portavoz Repas.

Pángalos fue sustituido por George Papandreu, que criticó su actuación en el caso. George, hijo de Andreas y nieto de Yorgos, ambos primeros ministros, es un pro europeo militante que agrada a las cancillerías de la UE. Su nombramiento le coloca en situación ideal para devolver en el futuro a la familia la jefatura del Gobierno griego.