El líder kurdo será procesado por un tribunal antiterrorista del que forma parte un juez militar
ENVIADO ESPECIALInmóvil entre dos banderas turcas, Abdalá Ocalan parecía haber recuperado la intensidad de su expresión en las nuevas imágenes difundidas ayer por las autoridades de Ankara. Mientras, un grupo de fiscales, acompañado por agentes de los servicios secretos, militares y policías, iniciaba su interrogatorio. Probablemente antes de que acabe el mes, Ocalan deberá comparecer ante el Tribunal de Seguridad del Estado de Ankara, jurisdicción especial antiterrorista que incluye a jueces militares. En Ankara, nadie duda de que Ocalan será condenado a muerte.
Ocalan fue interrogado en el penal de Imrail, el Alcatraz turco en el mar de Mármara. Las escenas de su llegada en un buque de guerra al penal de la isla de Imrail distan mucho de la grabación de su derrota -maniatado, con la vista perdida- a bordo del avión que le trasladó a Turquía desde Kenia."Se ha demostrado que goza de buena salud", aseguró ayer el primer ministro turco, el socialdemócrata Bulent Ecevit, un veterano político que se ha pronunciado reiteradamente a favor de la abolición de la pena capital en su país. Ecevit tampoco desaprovechó estas declaraciones a la radio británica BBC, el mismo día de la dimisión de tres ministros en Atenas, para recordar que Grecia había recibido "una lección" con la detención de Ocalan.
Un duro golpe
La alegría de Ecevit es patente. En la entrevista también asegura que la detención del guerrillero es "un duro golpe para los separatistas del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK)". "Los terroristas deberán replantearse su situación y darse cuenta de que las puertas de todo el mundo han sido cerradas a su líder", dijo Ecevit, quien se declara seguro de que el PKK va a tener "menos efectividad que en el pasado".
Todo el aparato del Estado turco se esfuerza en hacer llegar a los países occidentales el mensaje de que el líder independentista tendrá un juicio justo y sin dilaciones, y de que el procesado no será sometido a malos tratos. Pero el tribunal al que le corresponde juzgarle, integrado por dos magistrados civiles y un juez militar, se ha caracterizado hasta ahora por sus duras sentencias, tanto contra terroristas kurdos como contra nacionalistas moderados, intelectuales o periodistas que han osado plantear siquiera la autonomía para el sureste de Anatolia.
Tres fiscales del Tribunal de Seguridad del Estado de Ankara comenzaron ayer el interrogatorio del jefe de la guerrilla kurda en la cárcel de máxima seguridad de Imrail, previamente vaciada de sus más de dos centenares de reclusos. Los medios judiciales turcos creen que la declaración del procesado durará entre siete y diez días, antes de que los jueces de Ankara se desplacen hasta la isla para juzgar a Ocalan bajo los cargos de "traición", "atentado contra la integridad del Estado" y "terrorismo".
Fuentes diplomáticas europeas en Ankara confirmaron ayer que, según la legislación turca, Ocalan será, con toda seguridad, condenado a muerte por el Tribunal de Seguridad del Estado, aunque el reo podrá recurrir después la sentencia ante el Tribunal Supremo. La rigurosa Constitución turca de 1981, dictada tras el golpe de Estado militar del año anterior, establece que sólo el Parlamento puede dictar medidas de gracia o conmutar la pena capital por la de condena a perpetuidad. Y aunque el fallo sea conocido antes de las próximas elecciones legislativas, convocadas para el 18 de abril, será la nueva Cámara salida de las urnas la que tendrá que decidir.
Para agilizar el proceso contra Ocalan, la magistratura turca prevé acumular en uno solo los diferentes casos abiertos contra él en rebeldía en el pasado, así como los de su número dos, el comandante guerrillero Semdin Sakik, más conocido por su legendario apodo de Sin Dedos, capturado el año pasado en el norte de Irak, durante una incursión de su Ejército similar a la que está en marcha desde el pasado miércoles, en la que más de 5.000 soldados apoyados por helicópeteros han penetrado unos 15 kilómetros en territorio iraquí.
El ministro de Exteriores turco, Ismail Cem, quien efectuaba ayer una visita oficial a Praga, reiteró que su Gobierno no aceptará "ningún tipo de injerencia externa propia de tiempos coloniales" en el jucio contra Ocalan. Poco después, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos expresaba desde Estrasburgo su preocupación por las condiciones de detención del jefe del PKK. Los grupos kurdos en el exilio han solicitado en nombre de Ocalan amparo a este tribunal
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.